Víctor Samuel Rivera

Víctor Samuel Rivera
El otro es a quien no estás dispuesto a soportar

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Doctor en filosofía. Magíster en Historia de la Filosofía. Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía desde 1992. Crío tortugas peruanas Motelo y me enorgullezco de mi biblioteca especializada. Como filósofo y profesor de hermenéutica, me defino como cercano a lo que se llama "hermenéutica crítica y analógica". En Lima aplico la hermenéutica filosófica al estudio del pensamiento peruano y filosofía moderna. Trabajo como profesor de filosofía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; he trabajado en Universidad Nacional Federico Villarreal desde 2005. He sido profesor en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima hasta 2014. He escrito unos sesenta textos filosóficos, de historia de los conceptos, filosofia política e historia moderna. Tengo fascinación por el pensamiento antisistema y me entusiasma la recuperación de la política desde el pensamiento filosófico. Mi blog, Anamnesis, es un esfuerzo por hacer una bitácora de filosofía política. No hago aquí periodismo, no hago tampoco análisis político de la vida cotidiana- De hecho, la vida cotidiana y sus asuntos no son nunca materia del pensamiento.

miércoles, 2 de julio de 2008

Contener al Anticristo

Miseria de la secularización



Llamamos “secularización”, en términos generales, a un proceso social que se hace marcado en las sociedades tardomodernas o postmodernas, en particular desde la caída del Muro de Berlín. Recuerdo al lector religioso que las mismas sociedades cuyo programa hoy domina la globalidad del Occidente y exige la secularización, ostentaba un lenguaje social que permitía que se autodenominaran “la civilización occidental y cristiana” (frente a la oriental y atea). Ellas constituían “el mundo libre” (entre otras cosas, libre para la religión). Pero “Occidente”, ese “occidente” de la propaganda anticomunista sólo casualmente y si apenas tenía agenda conjunta con el cristianismo. En realidad, bastó con que el enemigo saliera del camino para que fuera visible quién es hoy su nuevo enemigo: La religión en general, la Iglesia Católica en particular. La secularización (del latín “saeculum”, el mundo) consiste, en líneas generales, en la evacuación social de la religión, su vacunamiento como lenguaje de articulación de acciones públicas (o sea, políticas) y su asimilación al lenguaje del “mundo”. Una vejez de origen rousseauniano. Se trata invadir el lenguaje religioso con el programa general del horizonte normativo de las sociedades “complejas” del capitalismo postcomunista. No debe sorprender esto para nada. Es el ya consabido “pensamiento único”: ¡Sed liberales todos! “No vayáis a misa” “no perdáis el tiempo” -reza el programa. Haced programas sociales con ONG liberales, apoyad la democracia global, pedid dinero de la sociedad civil y apoyad el gobierno universal de lo políticamente correcto. En todo caso, haced colectivos sobre derechos del perro y del mono, cosa que existe en España, y que es lo que el “occidente” espera de un activista militante de la política después del fin del comunismo. Cualquier pensador del siglo XX con ideas religiosas ve que se trata en realidad de la expansión –ya sin freno- de la pregnancia, del carácter perentorio del pensamiento del mundo mercantil, para el cual cualquier supervivencia social alternativa es una amenaza, y una amenaza política.

En este sentido, es manifiesto para el intelectual el tratamiento obsesivo, casi patológico que se hace del tema religioso. Un caso particularmente desagradable es un trabajo conjunto de Gianni Vattimo y Richard Rorty, a propósito de un encuentro académico en 2002. El texto ha sido impreso como "El futuro de la religión". Sobre Vattimo habremos de tratar luego, ya que su participación allí se confunde con la más claramenre representante de la ecumene liberal, el difunto filósofo burgués norteamericano. Rorty propuso aquella vez la destrucción institucional de la religión, tal vez en contraposición con Vattimo que, aunque es famoso por sus críticas a la jerarquía de la Iglesia, no es un autor antirreligioso y está bien lejos de creer enb la práctica de la religión sin instituciones. Rorty propuso la mercantilización religiosa de las instituciones que regulan el dogma y el culto, esto es, su asimilación programática con las ONG, con las actividades para-empresariales de la “sociedad civil”. Es una propuesta repugnante para el alma de un creyente, cuya aproximación a la vida religiosa atiende a la necesidad de vincularse con un sentido trascendente. Pero es motivo de cuestionamiento peculiar para el creyente que esta clase de propuestas –sin más aberrantes- se den justamente en el mundo político postcomunista, esto es, el el mundo en que la civilización liberal-mercantil parece enseñorearse por el mundo, que ha devenido en apariencia suyo, su mundo. Es un dato curioso que este mismo Rorty nunca hubiera escrito ni dado conferencias antirreligiosas antes. En otros años este mismo Rorty se había hecho famoso por ser un liberal genuinamente tolerante –frente a los liberales intolerantes, que santificarían al mundo con fuego con tal de que hubiera “democracia”-, comprensivo con la idea de que hubiera gente religiosa. La clave era: Que halla de esta gente, mientras no sea molesta. Antes personalmente él no creía sino en un pragmatismo cínico que alababa su sistema político porque le permitía vivir (a él) de manera opulenta y tenía una imagen más benévola de la gente religiosa. Algo cambió. De pronto comenzó a ver en la Iglesia y la religión una amenaza a su vida opulenta y de allí sus frases antirreligiosas del 2002. Uno puede creer que fue impactado porque gente religiosa volara las torres gemelas un buen día, y que eso lo marcó emocionalmente. También a nosotros nos marca la violencia expansiva de la democracia americana, cada uno tiene sus razones. Pero el lector debe comprender que tanto una cosa como la otra (el giro de Rorty y las torres caídas) son eventos que sobrevienen por la fuerza misma del movimiento interno que el mundo mercantil significa. El nihilismo, que es ante lo que estamos, es una fuerza ontológica, Originado en la modernidad, extiende su imperio ilimitadamente pues su única frontera es la universalidad. La religión, en este esquema, parece única forma de enfrentarlo, de “contener al Anticristo”, para decirlo en términos gratos a Carl Schmitt. Rorty defiende su mundo, los islámicos lo destruyen, pero ambas cosas se dan como consecuencia de las características internas de la expansión del mundo mercantil, que es a la vez ontológicamente planetaria y conceptualmente intolerante.


Hoy, en el presente del difunto Rorty, la religión, y en particular el catolicismo -como religión socialmente institucionalizada- es un fenómeno marginal, casi una anécdota en las sociedades occidentales. Europa en un continente religiosamente tan vivo como el propio Rorty, y muchos creyentes –o que se clasifican a sí mismos por tales en los censos- lo están también. Son cadáveres de religión. La religión institucional es en la práctica ella misma bastante antiinstitucional, y la vivencia religiosa tradicional, con la idea de trascendencia y de acceso al misterio es tan anecdótica y se halla en situación tan endeble como toda la herencia institucional preliberal, como la monarquía, las distinciones nobiliarias y –por qué no decirlo- también el cultivo social de la vida moral, el cultivo de la solidaridad, las instituciones familiares, las prácticas de identidad cultural (incesantemente satanizadas por la prensa “única”) o las relaciones sociales de autoridad, socavadas cada día por asesinos, desadaptados y pedófilos, todos unos liberales morales, unos nihilistas chiquitos, unos negadores de la trascendencia que pasan a la eternidad por medio de la muerte, propia o ajena. En este contexto, sólo el 6% de la población total de Francia va a misa; es notoriamente el país de Juana de Arco y el Rey San Luis. Preguntamos, ¿por qué obsesionarse por el 6% de la población, que es además hostigada y asaltada inmisericordemente por la televisión, los agentes universitarios y demás mediadores del “pensamiento único”? Es sin duda por un exceso, nadie puede negarlo.

Pensar en el 6% de la población de un país como un problema filosófico, y buscarle cura: Eso es el proceso de secularización. Se trata de un exceso que, inútil para el mundo práctico, es vital en la agenda de la comprensión metafísica del mundo liberal. Y un exceso sobre un 6% sugiere la búsqueda del exterminio de ese 6%, esto es, su eliminación. No es sin embargo la eliminación física, como lo fuera en la revolución francesa, pero sí su eliminación institucional, esto es, como forma de identidad. Religión, sí, -arguye el liberal- pero sin culto, sin misas, sin Dios, sin esfera trascendente, sin aspiraciones que no sean las mismas que las de la sociedad liberal como tal, esto es consumir (¿incienso, pedazos de cuarzo? O, en los casos de “izquierda” apoyar y darle mantenimiento a la agenda central de la ideología del mundo mercantil, el liberalismo “de izquierda”. ¿No nos recuerda ese 6% de hoy a las minorías de otrora maltratadas, como los judíos de Alemania en la Europa de la década de 1930? 6% es una minoría ridícula, que sólo requiere ser pensada cuando se lo hace desde la enemistad política. No hay esta vez campos de concentración y la guillotina ha sido desensamblada, pero sí que concentración y guillotina en todos los campos. El mundo único le otorga a la religión un significado hostil, y ya que no puede perseguirla militarmente, trata de desarticularla desde el punto de vista del pensamiento.

El liberalismo del “pensamiento único” no desea que exista el pensamiento alternativo, al que toma por enemigo, y cuando no puede destruirlo, lo invade en lo que pretende sea la conciencia de sí mismo, su autorreconocimiento. De allí que mucha gente pueda creer que es católica y ser enemiga de las instituciones de las que recibe todo lo que considera “salvación”, “santo” o “sagrado”. Es la porción (minoritaria, escueta y condenada a la muerte) de los católicos sistémicos, los católicos que antes del credo de la Iglesia, tienen su propia verdad en la política “correcta”. La corrección política exige la licuefacción de las instituciones religiosas, su sumisión al poder civil, a las prácticas y a los valores de la “civilidad” y el “civismo”. Entre sus rostros –que son legión- no podría estar mejor representada que en eso que se llama a veces “liberalismo de izquierda”, cuya práctica social y académica contra la religión adopta los rasgos de una persecución manifiesta, cuyo ropaje “de izquierda” puede fácilmente engañar a muchos, especial y trágicamente a muchos católicos, por cuya sensibilidad –que es la mía- escribo este post. No les basta con tener el dominio –aparente- de un mundo que incluso pueden llegar a destruir, en el más horrible de los infiernos a que uno pudiera temerle. Desean también dominar la mente, anidar en el alma de la experiencia, anular la sensibilidad religiosa auténtica, que sólo puede tener lugar institucionalmente, esto es, no como la experiencia estética de un aspirador de incienso, sino en el cuerpo ordenado de una iglesia, en la que se hace presente lo santo, como experiencia de la Iglesia, justamente. El liberalismo conserva la institucionalidad para la “democracia”. Ésa es pues, su iglesia. Que lo digan si no los oprimidos del planeta y no los ricos, como el difunto Rorty.

Éste pretende ser el inicio de una serie más compleja de artículos en torno de la secularización, en particular a partir de la idea de secularización que hay en Gianni Vattimo. El propósito aquí es construir un diagnóstico de la secularización a partir de una relación conceptual de diálogo. Mi idea en este post es tratar de no hacer demasiado complejas las cosas para el lector, de aligerar en algo la reflexión, pero aclaro que soy filósofo, y que no estoy demasiado interesado en el aplauso de los demás. No busco recibir el aplauso de la multitud, sobre todo porque la multitud de esta época –la época del triunfo del nihilismo- no piensa. Es una multitud pensada, a saber, víctima de un pensamiento que no le pertenece y la domina, un pensamiento dictaminador, que da órdenes, además, y espera ser obedecido. En realidad, lo que piensa por la multitud le manda creer en nada, en ser –como decía John Rawls, un “miembro cooperador de una sociedad bien ordenada”, esto es, un pastueño sirviente de los poderes anónimos del capital. Y la religión ¡ah los creyentes!, es desde 1789 –como vemos- el enemigo principal de su señorío. En el mundo del nihilismo, allí donde hay aplauso de la mayoría, premios y dinero, allí, digo, debe fijarse el ojo de la sospecha. Escribo, sin embargo. Lo hago con la esperanza de ayudar a las personas religiosas quienes, a veces, deben confrontar la experiencia religiosa –la genuina experiencia de la religión- con exigencias de los intelectuales no creyentes o antirreligiosos por amoldarse al “pensamiento único”. El anónimo poder del nihilismo nos manda creer en las ideas “de izquierda”, esto es, en el programa moral que justifica el poder expansivo de “las democracias”. Nos exige rendirnos ante la evidencia de los Derechos Humanos, por ejemplo, pero nos exige que no nos arrodillemos en las iglesias, que no rindamos culto de adoración, que no celebremos ritos, que no aprendamos prácticas de nuestra tradición religiosa, que cambiemos eso por un programa de televisión, por una droga autorizada, por un poco de “diversidad” sexual. Conocemos, pues, la voluntad del dios del último hombre.

15 comentarios:

n dijo...

Hola! interesante tu post. De hecho siento que ser catolica hoy me vuelve casi esquizofrenica y me obliga a recluir mi fe casi en el encierro de mi corazon. Recuerdo hace pocas semanas discutir en una clase acerca de lo "cerrada" e intolerante (palabra muy de moda hoy) que podia ser la Iglesia Catolica hoy por no ser abierta a disctuir y dialogar acerca de la inclusion de homosexuales y la aceptacion del aborto ... para los politologos todo se debe "democratizar", a todo y a todos hay que incluir... ese es el consenso normativo que se ha hecho ya irrefutable, a pesar de la indigacion. Otro ejemplo del ensanhamiento al que haces referencia.
De otro lado, no sabia que habian colectivos para los derechos de los perros y de los monos, me parece de lo mas surrealista jajaja
Mallory

Víctor Samuel Rivera dijo...

Hay un sentido en el que es probable que no se pueda evitar ser marginados (en una sociedad abrumadoramente liberal y "secular", esto es, antirreligiosa, y es un signo positivo que podamos encontrar espacios para disentir, como éste. Pero también es una realidad que es socialmente muy difícil sostener la vida específicamente religiosa, que se ve empañada por una atmósfera racionalista. Curiosamente, las objeciones que se le hacen a los católicos, como tú señalas, deslegitiman argumentos que se usa en la Iglesia como si fueran mera pose, como si no fueran racionales, como si fueran meros mandatos irracionales. Esto, que es falso, se somete sin embargo al consenso aplastante de las mayorías, que suele no ser tan racional como se piensa cuando se la toma singularmente.

¡Seguimos hablando!

Anónimo dijo...

Parece raro para con tu discurso
esas zonzeras para que les reconoscan en linkss esta bien para otros que son filósofos en formaciòn. yo veo que Quintanilla y Giuisti ni links tienen y eso que ellos son reconocidos y ya tienen prestigio. Esto de los blogs figurettis es para los que se sienten desconocidos, ¿no que usted es un filósofo de talla? ¿Por qué Quintanilla o Guiusti no tienen blog?
mmmm......
Si estás a su altura, comportese como ellos, y se lo digo con mucho respeto pero no me parece
eso es para medianos o gente en formación en la Filosofía

Viva el liberalismo. Yo discutiendo y jodiendoles repasando para saber más y usted con "mi blog favorito el de mi amigo" que dice pestes suyas en la católica
a bueeeeeno. Yo con esa gente ni a la esquina.

diego doroteo dijo...

Creo que hoy en día la secularización es ya una consecuencia de la desacralización en la que ha caído no solo los valores religiosos sino todo el orden de los valores humanos.
Su postura es de ir contra el liberalismo por considerarlo perverso e hipócrita, de protegerse del ¨pensamiento único¨, por tener un filtro estrecho por el que deben pasar y adquirir validez un pensamiento cualquiera - nadie debe decirnos que creer y que cosa no-. No tengo por que negar que estamos en una tiranía de los ¨ derechos ¨ y de las ¨ libertades ¨ y que dentro de la sociedad se han perdido totalmente los ¨ deberes humanos ¨.

Víctor Samuel Rivera dijo...

Cuatro atingencias:

1. El blog es, ante todo, una manera de expresarse, y una manera de comunicarse alternativa a los canales normales con un potencial propio. Cultivo esto como principiante, más con ánimo de conversar que con afán de hacerme "famoso". Cómo sea o qué hagan otros no es asunto mío.

2. Suplico no excusarse en el anonimato para escribir insensateces. Es una mala práctica, un abuso del servicio del blog.

3. En este post he tratado de hacer una lectura ontológica del pensar del fin de las cosas desde un acercamiento cristiano y, específicamente, católico. No se trata sólo de denunciar el nihilismo, sino de apuntar a lo que su amenaza significa desde el punto de vista de un cristiano que cree verdaderamente, o que desea creer. Como filósofo, no puedo garantizar que estamos ante el fin, pero como católico, puedo hacer un diagnóstico del tiempo (nuestro tiempo) desde una narrativa bíblica y profética del final, que es también el fin de la metafísica y la muerte de Dios. Eso hice.

4. Voy a darle un enfoque más religioso a este asunto después. En estos días me declararé oficialmente de vacaciones.

Anónimo dijo...

Es increible, parece que no aprendemos de los que leimos cuando eramos pequeños (si es que lo hemos leido), el primer libro de la biblia: el génesis. Ahi, se cuenta como el diablo tienta al hombre diciendoles: "...No, no morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal..." Ja ja ja. Asi la tentación mas grande es que nosotros nos hemos eregidos como nuestros propios Dioses, en una mundo donde el centro del placer y de poseer es lo principal para el hombre. Y asi.. nos olvidamos de Dios... mejor dicho, queremos olvidarnos de Dios a toda costa. Pues en este mundo, él nos estorba... Y para ello es que el mundo desea eliminar ese 6%, pues desea creerse su engaño... Tengamos fe y vivamos felices, que para eso vino Dios al mundo, para que realmente seamos libres... (no liberales) y para eso dejo su iglesia: para dar la buena noticia a todo el mundo...!

Anónimo dijo...

Yo soy liberal (creo) pero admito que algo pasa contra la religión, pues es casi un pecado hablar sobre ella. Me gusta tu post. No termino de entender bien, pero es interesante. No creo en Dios, pero me motivas. Suerte.

Anónimo dijo...

Buenas noches profesor.

Le escribo para saludarlo y además hacerle recordar que usted quedó en prestarme un libro de Descartes. El libro en mención es "Principios de la Filosofía".

Espero alcance leer este mensaje, pues no sé cómo comunicarme con usted. Le agradezco de antemano su apoyo constante.

Atte,

Jorge Rengifo-Miguel
jorgrenm@hotmail.com

Anónimo dijo...

El Nihilismo viene empleando la secularización a partir de la caida del muro de Berlin tratando de evacuarnos socialmente para asimilarnos al lenguaje del "Mundo", para ser liberales, apoyar la democracia, apoyar al dinero, como Rorty, que es un liberal rico e indiferente. Creo que es un mercantilista intelectual de la Religión, un liberal que se ha visto amenazado en su vida de opulencia y se convirtió en un satanizador de la Religión no se sabe si fue luego de la destrucción de las torres o por cuestiones económicas.

Lo cierto es que todavía estamos a tiempo de cambiar nuestras vidas y acercarnos màs a las enseñazas de Dios como Ser Supremo e infinitamente bondadoso, que nos puede ayudar solo si nosotros queremos un Mundo mejor. Disculpe lo limitado del comentario por la cerencia del tiempo y la pobreza tecnológica del comentarista.
atte. Juan García Flores

Víctor Samuel Rivera dijo...

Te doy la razòn, querido César.

marco dijo...

Agradezco hayas circulado por mi Blog y llego a entender, leyendo tus artículos, las bases de tu postura para criticar mi modesto Blog, con ciertas paranoicas revelaciones en las que vislumbras ataques y persecusiones encubiertas de "liberalismo de izquierda" para engañar a ilusos que sucumbimos ante la manipulación intelectual, entre católicos de fundamentos endebles y ateos confesos como yo, anulando la sensibilidad religiosa "auténtica", que de seguro con orgullo tienes la certeza de su patente con alguna complicidad institucional con la Iglesia de las guerras santas. Me parece algo injusto que adjudiques la desproporcional ausencia de valores morales y de solidaridad teniendo como consecuencia a asesinos, desadaptados y pedófilos, a "liberales morales", lejos del tradicional cultivo eclesiástico que impone la Iglesia como el amor a Yhvé, o más bien miedo a él; debes tomar en cuenta, que estadísticamente, por ejemplo, los pedófilos comparten en su gran mayoría tu credo y que incluso sabrás ha habido una gran cantidad de denuncias al respecto sobre sacerdotes católicos a lo que Juan Pablo II se pronunció con las respectivas disculpas, por lo que no es correcta tu separación de bandos entre buenos (católicos institucionalizados) y malos (liberales izquierdistas con drogas autorizadas y diversidad sexual): esos clichés no son buenos ni para los católicos ni para loa ateos porque no son ciertos.

Quería, si me lo permite César Ríos hacer sólo una extensión de su comentario al cual indudablemente estás de acuerdo, con respecto a la cita bíblica del génesis en la que nos hace recordar cómo el diablo asegura que quien coma del fruto del árbol de la Sabiduría no morirá y que serán como Dios porque conocerán la diferencia entre el bien y el mal; cabe detallar que Dios dijo que no coman de ese árbol porque de seguro morirán!; particularmente me gusta tener como amigo, cómplice, pareja o simplemente alguien cercano a mí a alguien en quien pueda confiar, no a quien, para mantenerme en desventaja, me oculte o me niegue cosas a base de engaños. Mucha gente para sentirse bien viven bajo la coraza de una mentira, no?

Saludos


Marco Palacios

a leer se ha dicho!

Víctor Samuel Rivera dijo...

Querido amigo;

Lo lindo de este sistema de comunicación es que es racional. Y he criticado en tu blog afirmacines históricas falsas sobre Pío XII:

Tù afirmas que el Papa es màs o mens còmplice de los nazis y, eso es fals.

1. Está el rol neutral del Estado Vaticano durante la II Guerra Mundial, lo que es razón de sobra para no haberse pronunciado sobre nada.

2. El Vaticano es una ciudad sin ejército. El Papa es el jefe de millones de personas indefensas, a quienes tenía la obligación de proteger. Éstas tienen prioridad sobre los judíos, es natural que así sea. Proceder de otra manera hubiera sido históricmente absurdo.

2. A pesar de todo, es un hecho real que el Papa (el anterior a 1939) condenó el nazismo, o sea, la Iglesia sí condenó, com institución, las prácticas raciales de la Alemania nacionalista.

Por lo demás, era su obligaciòn permitir que la gente nazi practicara sus crencias, ¿no crees? Alemania podría haber ganado a guerra.

3. La Iglesia, especiamente el Papa Pío XII, salvó a decenas de miles de judíos italianos. Eso es innegable. Y podría no haberlo hecho, dadas las premisas anteriores.

4. Respeto la posición de los demás, sólo cuestion criticar a la igera porque es "cool" resulta "chevere", lo que no dud no es tu caso.

5. No veo por qué los catóicos deben dejarse maltratar por los no creyentes. Me parece lícit defenderse de o que uno ve com una crítica poco informada o maliciosa.

6. De acuerdo cntig con los curas perversos, la mayoría unos liberales, esto es, gente sin fe, parte de problema del nihilismo. Estoy de acuerdo cn desaparecer de la Iglesia a los sacerdotes que tienen tanta afición por el sexo y nuestr Papa actual ya ha tmad medidas para impedir que gente que no califica moramente pueda estudiar en los nuevos seminarios.

En lo personal, me gusta tu blog. Es estupendo y, a pesar de las diferencias, o recmiendo desde este humilde sitio.

marco dijo...

Siempre he creído saludable los debates entre posiciones divergentes pero con algo en común en sus fundamentos, la sana búsqueda de la verdad así pueda ser hallada o no; debo confesar haberme parecido algo soberbio tu comentario en mi artículo que con algo de humor sólo intento siempre ser honesto con lo que pienso. Como habrás podido darte cuenta soy ateo, a pesar de haber oído que es una postura imposible de sostener, y por lo mismo, discuto al respecto sin prejuicios y apasionamientos por velar por alguien de quien no tengo certeza de su existencia, y con la misma libertad sobre todo aquello que le concierne, como la Iglesia de hoy y de siempre.

Me dices en tu comentario que hice afirmaciones falsas sobre Pio XII, las cuales creo has mal interpretado:

Que yo afirmo que el Papa es mas o menos cómplice de los Nazis!!; no es del todo cierto!!, lo que dije fue que no protestó tan valientemente por los judíos como lo hizo a favor de los minusválidos; la conclusión de "complicidad" es enteramente de tu autoría.

1. El rol neutral del Estado Vaticano durante la II Guerra Mundial del que hablas es una estrategia política en favor del mismo estado y no necesariamente de quienes lo siguen por lo que no haberse pronunciado sobre nada, es sólo la protección del estado como tal!.

2. Sí, es cierto que ya en esa época el Vaticano no tenía un ejercito a su servicio y que en ese sentido estaba desamparada y con respecto a su "obligación", yo tenía entendido que la obligación de la Iglesia es para con TODOS los hijos de dios, y no sólo para los que lo veneran (recordarás al hijo pródigo), por lo que no es natural tenga una prioridad selectiva por encima de otros seres humanos; proceder de esa manera es humanamente y moralmente absurdo y contra lo que el mismo Cristo profesaba; y si tuvieses que ser selectivo, siguiendo las enseñanzas bíblicas la prioridad serían los judíos, ellos son por excelencia el "pueblo de Dios".

2. Y también es cierto que el Papa Pio XI, quien apoyó a Franco que creo, por lo que leí, es merecedor de tu simpatía, se pronunció en contra del nazismo, pero no sin antes haber firmado un pacto con ellos para conservar los derechos del Vaticano sin aun enfrentar los holocaustos de los que PioXII no se pronunció: si protestas hazlo durante los hechos!, no antes ni después!.

3. La Iglesia del Papa Pío XII, como dices, salvó a decenas de miles de judíos italianos, no cabe la menor duda; pero Cristo murió no sólo por esos miles, sino por todas y cada una de las personas que han vivido, viven y vivirán en la tierra, creyentes o no, judío o no!!, él era judío!!.

4. Gracias por no pensar que mis afirmaciones son a la ligera; por tu profesión y tus antecedentes creo te has ganado la misma apreciación de tus lectores y de mi parte.

5. Ahora, estoy totalmente de acuerdo que católicos, protestantes, judíos, agnósticos, ateos o quien fuese tienen total derecho a defenderse o defender sus principios cuando cree alguien lo ha dañado.

6. Con respecto a los curas perversos y de mayoría liberales, como los nombras, creo te has equivocado; la mayoría de ellos no eran liberales!!; y si tuviesen fe o no, no podría afirmarlo!!; pero su torcida atracción para con menores no tiene la menor relación para con su filosofía y su fe: son gente enferma cuyo estado psicológico los confina a deseos fuera de su propia moral y que en apariencia no lucen de manera distinta a ti o a mí, como podríamos notar en cual telenovela barata quién es malo y quién bueno. El asunto es más complicado aun!.

En conclusión lo que dije fue de que la actitud del Papa pudo haber sido políticamente correcta pero que no tuvo la misma valentía para defender a los judíos que buenos o malos también, según las creencias de la Iglesia, son hijos de Dios; también habían niños, ancianos, y mujeres por los que Cristo también murió y me parece que como representante de Cristo en la tierra debió enfrentarse a los Nazis para defender a los judíos tanto como un padre lo haría para con sus hijos.

Me agrada te guste mi Blog y siempre hay que aplaudir las diferencias, es lo que hace a este mundo interesante; qué aburrido sería si todos pensaramos lo mismo!!.


Un abrazo


Marco Palacios

Víctor Samuel Rivera dijo...

Querido Marco;

Disculpa ante todo la carta tan descuidada de ayer. La redacté fuera de la casa. Tu respuesta es honesta, noble y razonada, por lo que habré de esperar a mañana para contestarte en detalle. Me gusta el tono de nuestra conversación, que demuestra que las personas podemos intercambiar ideas de manera civilizada. ¡Si supieras cuántos filósofos hay con quienes no puedo conversar!

Un abrazo

Víctor Samuel Rivera dijo...

Mi respuesta final está en mi último post, "Pío XII y los pedófilos", con video respectivo. Como sabes, no escribo normalmente posts como el que he puesto, pues se supone que en esta bitácora se hace filosofía política, pero la magnitud de la respuesta, y la importancia del tema me estimularon a hacerlo. Como sabes, se va a abrir la causa de la beatificación de Pío XII, con la que estoy enteramente de acuerdo.

Un abrazo.

 
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