Víctor Samuel Rivera

Víctor Samuel Rivera
El otro es a quien no estás dispuesto a soportar

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Doctor en filosofía. Magíster en Historia de la Filosofía. Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía desde 1992. Crío tortugas peruanas Motelo y me enorgullezco de mi biblioteca especializada. Como filósofo y profesor de hermenéutica, me defino como cercano a lo que se llama "hermenéutica crítica y analógica". En Lima aplico la hermenéutica filosófica al estudio del pensamiento peruano y filosofía moderna. Trabajo como profesor de filosofía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; he trabajado en Universidad Nacional Federico Villarreal desde 2005. He sido profesor en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima hasta 2014. He escrito unos sesenta textos filosóficos, de historia de los conceptos, filosofia política e historia moderna. Tengo fascinación por el pensamiento antisistema y me entusiasma la recuperación de la política desde el pensamiento filosófico. Mi blog, Anamnesis, es un esfuerzo por hacer una bitácora de filosofía política. No hago aquí periodismo, no hago tampoco análisis político de la vida cotidiana- De hecho, la vida cotidiana y sus asuntos no son nunca materia del pensamiento.

jueves, 4 de junio de 2009

Un año de Anamnesis: La película

Un año de Anamnesis



Un año de Anamnesis
Un año para el pensar de los pobres


Víctor Samuel Rivera
Universidad Nacional Federico Villarreal


Estaba entonces en Francia, en ocasión de unas guerras que aún no han terminado, y venía de visitar a Gianni Vattimo por su santo en Montecarlo, que es como asistir en Frankfurt a la coronación del Santo Emperador, cosa que hizo Descartes cuando decidió pensar. Leyó allí al paso la Sagesse, del escéptico Pierre Charron, que le había regalado ese año un profesor del colegio. De haber militado con los herejes de Holanda, Descartes se pasó al bando imperial. Lo más probable es que se uniera a los ejércitos imperiales como consecuencia de esa lectura escéptica, cuya norma básica es ésta (faire attention!): en tiempos de incertidumbre hay que abrazar, no la verdad, sino la incertidumbre menos perturbadora, para ver desde allí la perturbación general del universo. No olvido que algunos lectores requieren saber que Descartes fue a honrar al Santo Emperador en 1619, al inicio de la Guerra de los Treinta Años, entre la tradición y la modernidad, y que Descartes era francés, y que los franceses tenían razones políticas para odiar al Santo Emperador y que por ello Francia apoyó en esa guerra mundial europea a los herejes de la Liga Protestante, para lo que hicieron causa común con Cristina de Suecia, la jefe política de los herejes. Francia apoyaba la incertidumbre, pero un francés resolvió apoyar la certeza. Había leído la Sagesse de Charron. Débil era su certeza, en el mismo sentido del "pensamiento débil", ya que fundada en el más atroz escepticismo de la contrarreforma francesa. Descartes, lector de Charron (y de Michel de Montaigne) sabía que la causa imperial no era la causa de la verdad, sino la de la seguridad política, esto es, la elección de la “sabiduría”: De la sabiduría en tiempos de incertidumbre.



Hace año y medio estaba entonces en Francia, adonde me llevó el deseo de actualizarme en la lectura de Joseph de Maistre y Charles Maurras, revisar la literatura sobre l’Action Française y, sobre todo, asistir a la Santa Misa en Saint Germain l’Auxerrois, la antigua iglesia de los reyes de Francia. Venía del santo de Gianni, en Montecarlo. Y fui entonces invitado a Bretaña por François Rambaud, cuyo hermano Alain me dijo: “Tal vez, Víctor Samuel, no volvamos a vernos nunca. Yo sé que viajas seguido, pero, ¿cuántas veces crees que vamos a vernos aquí, en Bretaña?” (¡ah Bretaña, cuánto tenía que ver con Descartes!). “Volveré seguido a París –le mentí-, y podremos ir juntos a la misa de Saint Germain l’Auxerrois, Alain”. Alain me dijo. “Se me ocurre que debo ayudarte abriéndote una cuenta de Facebook. Y también te voy a enseñar a mantener tu blog, y así vamos a estar siempre cerca. Aunque nunca nos veamos, nos veremos siempre. Puedes colgar videos allí, y yo los veré, y con mi hermano puedes hacer debates y lecturas, porque yo no sé español”. Yo, un incapaz informático a quien le tomó un año y medio aprender a usar el hotmail.com y el Messenger, no me hacía debatiendo en un blog al que seguramente no sabría ni cómo ingresar (como era el caso), pero me pareció conmovedor que la nueva juventud europea me enseñara a realizar la nostalgia con las herramientas del mundo tecnológico que no conozco. Ya llevaban meses mis amigos Antonio Fortunic (el cineasta de El Comercio) y David Villena (el filósofo analítico) instándome a usar una cuenta blogspot, que malamente había abierto sin saber cómo usar. Recuerdo aún cómo Gianni y yo la mirábamos en Montecarlo, y él se quejaba de los escudos de Austria y del dorado brillante del Santo Imperio y me decía que por qué no, que qué había de malo en la tecnología y que a otra gente le iba mejor, aunque él tenía una página web. Yo no podía pagar una página web. Pero, ¿y si Alain tenía razón?



Y las guerras no terminaban, sino que el poder liberal, un poder vengativo y excluyente comenzaba a librar sus primeras derrotas realmente graves. Estando en los Países Bajos Españoles (hoy Reino de Bélgica), ya con mi blog y mi Facebook, recuerdo aún el cóctel por el fin de la dominación del mundo tecnológico en casa de mi amigo el pintor Paul Ackermann. La Bolsa de Nueva York había tenido su primer remezón fuerte en enero de 2008. Era evidente que en los meses siguientes el sistema financiero entero, la base factual del mundo del nihilismo iba a desplomarse. Al fin la Madre de las Democracias mordería el polvo terrible de la caducidad. En París di gracias a Dios especialmente en la misa cantada solemne por la Sagrada Familia. Al fin el mundo liberal iniciaba su final definitivo, lo que a ojos del hermeneuta es el signo esperado pero imprevisible de la consumación del nihilismo. Era un signum temporis. El creciente poder fáctico de la libertad latinoamericana, las consecuencias del cambio climático, la locura bélica de los demócratas contra el mundo eran otros signos ciertos de que era hora del Evento apropiador. Era el primer relampagueo del Ereignis (esto es, el acontecer apropiador); lo que acontece se deja ver en el trasfondo de la negación de la verdad, y el mundo tiembla. Era pues, hora de estar dichosos. El mal mostraba la radicalidad de su abismo y el hombre era convocado por el evento a decidir. Los liberales porfiarían de la mano del mundo que nos oprime, pero los pobres veíamos ya el advenir de la justicia, era pues, tiempos de volver a la iglesia, tiempos de cantar ya el verdadero canto de la liberación. Pero, ¿qué podía hacer el filósofo que conoce sin que sea dado que intervenga? De Maistre aconsejaba rezar. Yo rezo más cada día. Aún creo que es una fórmula buenísima, pero mis antecedentes me pedían otra cosa, algo más.


Junto al nacer de mi blog una serie de pequeñas circunstancias comenzaron a estimular su consolidación, de la que se celebra un año. El blog y sus consecuencias son mi parte en el teatro del mundo, son mi salutación al Evento apropiador, mi entrega al evento, del que ahora soy enviado y no espectador. En el mundo de la incertidumbre, pues, me he acercado a pensar entre las tropas del Emperador, en una estufa, junto al fuego, mientras la ruina financiera, la violencia política y el colapso planetario brillan la grandeza del Evento. El blog es un ensayo de “bitácora de apuntes” –como creo recordar me escribió una vez el filósofo español Miguel Angel Quintana Paz-. Trato de que sea el desarrollo de una genuina columna de filosofía política, recubierta de mi persona, ese yo ensayístico que tanto gustaba a los escépticos de los siglos XVI-XVII. Es como tal que intercambio con ella con el propio Miguel Ángel, con buenos amigos de Science-Politique de París, con Piero Venturelli, de Boloña, y profesores y académicos tan variados como Enmanuel Taub, Daniel Leiro (Argentina), Roberto Fragonero (Costa Rica), Francisco Baciero (Sevilla), Luis Fernando Fernández (Medellín), Antonio Hermosa (Murcia), Sixto García (Valladolid), Teresa Oñate (UNED), el propio Gianni Vattimo (Turín) entre muchas personas a quienes debo omitir más por temor a extenuar al lector que por falta de ganas de hacer con todos ellos homenaje. Es un honor ser leído por gente tan apreciable en todos los aspectos. En Lima, un año del blog me ha permitido reencontrarme con buenos amigos, como los doctores Eduardo Hernando Nieto (PUCP), Bernardo Regal (U. de Lima) o Dick Tonsmann (UNMSM). Lo más importante, me ha regalado nuevos y grandes amigos, los más llamativos con toda certeza Raul Haro (es ejemplo de moderación), Ricardo Milla (ese loco simpático) y el Círculo de lectura de filosofía política, a cuyos actuales 15 miembros hay que agregar dos franquicias (o sea, dos círculos hijos). La misma línea ha estimulado la creación de nuevos blogs de pensamiento alternativo, el nacimiento de la existosísima e internacional La Coalición. Frente al afán insaciable del nihilismo por acabar con todos nosotros, el valor de asumir el Evento apropiador y gozar de su brillo radiante en la noche del mundo Ilustrado.



Volvamos, pues, al inicio. Volvamos a mi viaje a Montecarlo, donde tanto y tantas cosas hube de meditar con Pierre Charron, en el mundo de la incertidumbre. Yo estaba entonces en Francia, en ocasión de unas guerras que aún no han terminado, y en que los pobres de la Tierra habían de luchar contra los poderes correctos del pensamiento único. La “secta” –como diría de Maistre- está perdida, defendiendo furibunda su ocaso. Mientras tanto, el retorno y el cambio van de la mano con el Evento y la alternalidad es tanto reinstalación como recuperación en el Ser. Y vemos en procesión al Papa, al futuro Gran Califa del Oriente, a nuestro Chávez, a la América libre, a Corea del Norte, a la nueva Tailandia, a la Nueva China. De la mano hoy del evento, camino al misterio de un horizonte imprevisible, tras los efectos de una modernidad que nos aniquila, recibamos en brindis el relampagueo del Ereignis como lo que es, el anuncio de un mundo que no será ya nuevo, sino siempre viejo, siempre el mismo, el pensar inaudito del valiente, del noble, del generoso, el pensar del pobre, del que por fin descansará en la orilla del infinito mar del buen reposo.



Brindemos pues por la anamnesis del mundo mejor, y brindemos por el pronto olvido sabio del mundo peor, ese mundo “cívico” diseñado para hombres que sólo creen en la mercancía y la circulación violenta de la nada. Hagámoslo en este tiempo de incertidumbre, pues es el tiempo del brindis. Hagámoslo con la luz única inextinguible del fuego siempre vivo de la flama invicta, brindo por un año más, con tiempo aún algo para mí, para que el que piensa entre los ejércitos imperiales pueda, junto al calor de la estufa en el frío invierno, meditar en la solemne coronación del Santo Emperador.

lunes, 1 de junio de 2009

Ataque antiaéreo de Julius Evola


Julius Evola: Una Defensa contra intonsos
(O contra Gustavo Faverón, para ser exactos)

Eduardo Hernando Nieto

Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Pontifcia Universidad Católica del Perú



La ignorancia y la soberbia nunca tienen límites, por eso no llama la atención toda la andanada de mentiras e insultos que viene vertiendo el Sr. Gustavo Faverón, que funge de crítico literario y de profesor - convertido hoy por arte de birlibirloque en el gran especialista en la obra del maestro metapolítico Julius Evola... Lea el resto en La Coalición, una defensa del pensamiento libre frente a la omnipotencia totalitaria del pensamiento único
 
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