Víctor Samuel Rivera

Víctor Samuel Rivera
El otro es a quien no estás dispuesto a soportar

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Doctor en filosofía. Magíster en Historia de la Filosofía. Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía desde 1992. Crío tortugas peruanas Motelo y me enorgullezco de mi biblioteca especializada. Como filósofo y profesor de hermenéutica, me defino como cercano a lo que se llama "hermenéutica crítica y analógica". En Lima aplico la hermenéutica filosófica al estudio del pensamiento peruano y filosofía moderna. Trabajo como profesor de filosofía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; he trabajado en Universidad Nacional Federico Villarreal desde 2005. He sido profesor en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima hasta 2014. He escrito unos sesenta textos filosóficos, de historia de los conceptos, filosofia política e historia moderna. Tengo fascinación por el pensamiento antisistema y me entusiasma la recuperación de la política desde el pensamiento filosófico. Mi blog, Anamnesis, es un esfuerzo por hacer una bitácora de filosofía política. No hago aquí periodismo, no hago tampoco análisis político de la vida cotidiana- De hecho, la vida cotidiana y sus asuntos no son nunca materia del pensamiento.

domingo, 28 de octubre de 2012

"Comunismo hermenéutico" de Zabala y Vattimo: Hay traducción al español

VATTIMO, Gianni - ZABALA, Santiago 
Comunismo hermenéutico. De Heidegger a Marx 
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Primera edición española del último libro de Santiago Zabala y Gianni Vattimo 

Un Manifiesto comunista para el siglo XXI» CEASEFIRE

«¡Un libro que todos aquellos interesados en la política radical necesitan como el aire que respiran!» SLAVOJ ŽIŽEK

 ¿Qué une al comunismo y la hermenéutica? La disolución de la metafísica, de la filosofía de los vencedores que aspiran a conservar el mundo tal como es. El comunismo y la hermenéutica, en tanto que alternativas políticas al capitalismo neoliberal, se han convertido en respuestas alternativas para los perdedores de la historia, es decir, los débiles.

«Aquellos que critican el pensamiento débil posmoderno por su incapacidad de fundamentar la práctica de la política radical tendrán que admitir su error: Gianni Vattimo y Santiago Zabala demuestran que pensamiento débil no significa acción débil, sino que es precisamente el punto de partida del cambio radical. ¡He aquí un libro que todos aquellos interesados en la política radical necesitan como el aire que respiran!» Slavoj Žižek 
«Tanto los interesados en el potencial para las reformulaciones teóricas que posee el pensamiento político posfundacional como aquellos que siguen las revueltas de los que han sido marginados por la sociedad tienen mucho que aprender de este extraordinario libro.» Ernesto Laclau «Una reformulación radical de las teorías marxistas que cuestiona abiertamente llamamientos como los de Negri y Hardt al regreso de la izquierda revolucionaria. Lev Marder sostiene que podría tratarse de un Manifiesto comunista para el siglo XXI. […] En esencia, Vattimo y Zabala ofrecen una alternativa innovadora al discurso hegemónico, una bocanada de aire fresco […] dirigida a quienes se sienten impotentes, es decir, el 99%.» Ceasefire

domingo, 30 de septiembre de 2012

La nueva primavera religiosa árabe

Víctor Samuel Rivera

Les entrego este artículo publicado con diferencia de título en El Librepensador del 17 de setiembre de 2012. He realizado un par de correcciones de errores de tipeo que no me ha sido posible realizar en el texto original.

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El 11 de septiembre de 2012 los Estados Unidos podían aletear tras el viento del triunfo. “El liderazgo de Al Qaeda está devastado y Osama Bin Laden no volverá a amenazarnos”, dijo entonces el presidente de ese país, un hombre de origen islámico no nacido en la tierra americana de Estados Unidos y cuyo nombre es “Obama”. Ése era el undécimo día del año once del noveno mes del atentado más grande que sufrieran los Estados Unidos en toda la historia de su existencia en el continente americano, donde Obama no nació. Pero ese mismo día, para la perplejidad del hermeneuta, el 11 de setiembre de 2012, con la completa adherencia y júbilo explícitos de Al Qaeda, mientras Obama daba el dictum “no volverán a amenazarnos”, el embajador de los Estados Unidos en un país islámico fue asesinado de modo brutal. Era un acto sin precedentes en la historia de la Tierra entera. El Embajador sucumbió con otros funcionarios de su legación a manos de una horda de militantes religiosos que invocaba rabiosamente el nombre Santo de Alá. El difunto era el embajador de Estados Unidos en Bengasi, Libia, y fue masacrado ese 11 de setiembre justamente por los aliados islamitas del Presidente Obama en un país invadido y ocupado recientemente por una coalición monárquica que es amiga de la nueva política exterior del antedicho Obama en el mundo árabe.

Uno puede creer que la historia, las historias que narramos, son meros hechos, meras anotaciones de acontecimientos relevantes que se van sumando en el arbitrario sentido del recuerdo del hombre. Y entonces Obama y Osama, las declaraciones del primero sobre Al Qaeda y que se muera salvajemente un embajador en el antiguo Reino islámico de Libia el 11 de septiembre son meros accidentes. Pero es una evidencia originaria –con la que debemos contar- que las casualidades de esta naturaleza nos resultan repugnantes. Nos resulta imposible pensar que no constituyen un sentido. Que no puede ser que no tenga sentido que las coincidencias hayan sido precisamente esas coincidencias y no otras.

Desde las declaraciones de Obama el 11 de setiembre se ha puesto en marcha una nueva Primavera Árabe. Llamo “ponerse en marcha” en un sentido tomado de un ensayo de El Origen de la obra de arte” (1934) y que se ocupa del tema de la génesis de las instituciones sociales y de los procesos históricos genéticos, que dan lugar a realidades sociales antes impensadas, es decir, no predecibles en términos de un cálculo de probabilidades o de una estimación, por acuciosa que fuera, de los datos disponibles en el sentido en que los tiene un analista político o un sociólogo. Para Heidegger las realidades sociales emergentes (él diría “la fundación de un Estado”) tienen su verdad, se realizan, cuando son “puestas en marcha”. Quiere decir: cuando se unen en una secuencia de sentido de hechos efectivos, que se articulan y transforman en una realidad final. En este caso, es la nueva Primavera Árabe. Una primavera en que Al Qaeda va a colocar muchas de las flores.

Que algo está en marcha en el mundo árabe se llamó hasta hace poco “La Primavera democrática del mundo árabe”. La imagen genérica de este hecho consistía (y consiste) en creer que viejas estructuras de poder que se considera “autoritario” o “totalitario” en el mundo musulmán van a ser barridas por las posibilidades de comunicación y coordinación política que hacen posible las nuevas tecnologías de la comunicación. La prensa justificó así increíbles transformaciones, que se tomaron inmediatamente como “avances” del pensamiento único, esto es, de los valores e instituciones que por grado o por fuerza han promovido los Estados Unidos y sus colonias desde el fin de la Guerra Fría. Se derroca al tirano de Túnez. Luego de algunos meses, y con la ayuda no autorizada por instrumento legal alguno de sus antiguos aliados en la OTAN, una rebelión monarquista en Libia depuso al excéntrico Muamar Gadafi. Lo más notorio fue la rápida caída, en cuestión de semanas, del régimen militar del Egipto. Y así, tres países sólidamente aliados del pensamiento único, sin duda con la colaboración de Internet, se han transformado, en mayor o menor grado, en regímenes religiosos islamitas con mayor o menor grado de moderación. En Marruecos y Bahrein, monarquías tradicionales que fueron amenazadas también por esta “primavera”, todo ha quedado, comenzando con los tronos, más o menos igual. Siria, la única república moderna al viento de esta primavera que no se ha convertido aún en un Estado religioso, cuenta en su supervivencia con el apoyo dela República del Pueblo de la China y de Rusia, seguramente el único país que hay en Europa donde los homosexuales son reprimidos si desean hacer mítines y hay manifestaciones antigay presididas por la Virgen María. Hubo una esencia religiosa tras esta primavera democrática que, sin embargo, pasó desapercibida para analistas y sociólogos, aunque no para los ojos del hermeneuta ni del teólogo político.

Inmanuel Kant, arquetipo del pensador metafísico de lo que los Estados Unidos han significado en la historia del Occidente, se hizo alguna vez la pregunta de si se puede o no hacer pronósticos en la historia, es decir, de si la historia puede o no ser conocida en su sentido. Una opción es el sinsentido, es decir, la suma de casualidades en las que no es posible creer, que es un imposible hermenéutico. Otra la historia optimista guiada por las directrices de la razón, que busca ordenar los acontecimientos, los eventos, bajo la idea de lo que debe ser, es decir, lo que tiene que ser. Esto último es lo que hubiera hecho Kant mismo y han hecho hasta ahora quienes veían en los hechos del Oriente islámico una “primavera democrática”, es decir, una ampliación geográfica del pensamiento único, el Occidente y los valores de los Estados Unidos. Pero hoy se ha puesto en marcha claramente la obra de la verdad, al decir de Heidegger. Y la tercera opción de profecía se transforma en realidad. Kant la denominó la interpretación “terrorista” y “apocalíptica”, en irónica alusión a quienes diagnosticaban males sin fin de la Revolución Francesa desde el ángulo de interpretación religiosa del fenómeno, donde la única razón que se está dispuesto a oír es la que procede del Ser.

La Primavera democrática en el mundo islámico debe ser vista en realidad como la primavera de la religión en Oriente, el invierno y la tundra del liberalismo en el mundo. Así, en pocos días, en todo el mundo árabe, desde Oriente hasta el África, las embajadas de Estados Unidos y sus aliados son el colapso intensivo a la vez del Islam y la muerte. Ésta, señores, es la Nueva Primavera. La Primavera Religiosa del Oriente. Y es el Internet la causa, donde un día 11 de septiembre un sionista colgó un vídeo del Profeta Mahoma como pedófilo, acosador, estúpido y manicorto, como suelen ser los personajes de los diarios y los noticieros de la sociedad norteamericana que preside Obama. Hoy, 16 de septiembre de 2012, Al Qaeda insta a continuar los asesinatos y las masacres en todo el mundo “contra la soberbia de Estados Unidos”. ¿Hacia dónde, por qué vías es que se expande la geografía metafísica hoy en día? Esa pregunta es la clave de toda la historia que seguirá la marcha de este asunto.

martes, 11 de septiembre de 2012

How wired is your life? (Santiago Zabala)


Both natural and social scientists seem to agree that in this new century, the cultural, social and political significance of the internet has exceeded all predictions: our networked environment has become vital for our existential well-being. After 500 years of information and knowledge stored in print, today it has moved online and is modified constantly beyond the boundaries of time and space. We can quickly obtain great quantities of data and rapidly condense it on digital devices that are connected to cloud-based operating systems. Even our relationships, whether sentimental or intellectual, are wired, that is, inter-connected: we make friends through social networks, e-mail our colleagues, and sometimes even have our psychiatric session through Skype.

Perhaps the time has come, now that the internet and social networks have become as common as the air we breathe, to ask what sort of interaction the web implies, that is, how wired our life has become.It is interesting to notice how often this question is answered simply by noting the amount of time we spend online (following the US Presidential campaign admiring MOMA's online collection) rather than by qualifying our ability to interpret the wired world, that is, to remain autonomous. Recently, I tried to answer this question in a different manner by emphasising the distinction between wired and online users. While the latter avoid using the internet as much as possible to protect their autonomy, the former immerse themselves in social networks regardless of the personal information they must sacrifice.However, this difference does not point out how fundamentally wired our lives are and how this entails that our existence will always be involved as a consequence rather than an option; that is, no matter the amount of time we spend online, we are wired. We seem to be living in a condition where, paraphrasing Descartes, “only the wired exist”.

However, the impasse does not arise simply because wireless existence is impossible even if we stay away from computers (considering we are also constantly monitored by CCTV cameras without our consent), but also because we are forced to respond when we arehacked or overloaded with data. As it turns out, this is no longer a problem only for online editions of newspapers or software companies but also for all of us; indeed, with a wired existence, it has become inevitable. While different thinkers, such as John Locke and Norbert Weiner, foresaw these issues in their telementation and cybernetics theories, Gilles Deleuze and Félix Guattari diagnosed it more pointedly: "We do not lack communication. On the contrary, we have too much of it. We lack creation. We lack resistance to the present". Although the French thinkers were referring to communication, which is only one feature of being wired, they touched upon the main problem involved: our vital resistance, response and interpretation. 

When we interpret, we seek not only to understand the data that confronts us, but also to add new vitality to the information, that is, to contribute to produce an alteration. Without such change, the data or news obtained will always overload us, that is, alienate or control our possibility for emancipation. This is probably why the Italian philosopher, Gianni Vattimo, points out that "whoever does not succeed in becoming an autonomous interpreter, in this sense, perishes, no longer lives like a person but like a number, a statistical item in the system of production and consumption". For hermeneutics (the philosophy of interpretation), the point is to resist through interpreting data instead of allowing its mass to overload our existence against our will. As it turns out, our wired life demands from us a greater interpretative effort than in the past, when our choices were more limited to a restricted number of personal friends, newspapers and TV networks. Today, the choice is so vast that we must constantly be aware that being lied to, hacked, or overloaded is not only likely, but inevitable. In sum,those who believe that our wired life can be measured by the amount of time we spend online are simply trying to avoid confronting the fact that we must allow our interpretations to take over when we are online; that is, we must create political alteration, resistance, or change as profound as the one Luther brought about by finding a new way to translate and interpret the Bible.

A wired life, like a religious one, must conserve its autonomy by interpreting the content independently of received ideas about the truth.

martes, 4 de septiembre de 2012

La aurora de la libertad. Los primeros liberalismos en el mundo iberoamericano






Aquí se incluye mi ensayo República tras el incienso, de alrededor de 50 páginas. En este texto trato la historia conceptual del liberalismo entre 1750 y 1850, además de un estudio sobre la historiografía en el mismo periodo.

domingo, 19 de agosto de 2012

Tras las manos del Führer. Heidegger y la "Lógica" de 1934


Los avatares del Führer

Estimados lectores: 


Para mi gran sorpresa, descubro que es disponible la versión colombiana de mi texto "Tras las manos del Führer. Heidegger y la "Lógica" de 1934", por lo que lo pongo a disposición de ustedes. El original fue impreso en Escritos, revista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, en el Vol. 15, N° 35, 2007, pp. 298-317. Como era un ensayo sobre Heidegger, Hitler y la ontología del Ge-Stell por un momento pensé en archivarlo, pero Miguel Ángel Quintana Paz, Miguel Polo y Eduardo Hernando Nieto me ayudaron a superar los legítimos temores que estos temas generan en relación con la opinión pública, tan poco generosa algunas veces. Encontré que esta primera versión colombiana podía no ser muy satisfactoria, y la rehice en su parte conceptual. La obra modificada fue impresa con cambios muy significativos en México, en Analogía filosófica: revista de filosofía, investigación y difusión, Vol. 22, Nº. 2, 2008, pp. 167-186.

He aquí el enlace:

PD: No me pregunten qué es "Ge-Stell". Los que así lo requieran, búsquenlo en un diccionario filosófico.

domingo, 5 de agosto de 2012

I'm wired, Thereforoe, I exist (Santiago Zabala)

Santiago Zabala
Today if you are not often wired, you do not exist. Like radio and television in other times, the internet has become not only an indispensable tool but also a vital component of our life. It has become so useful, significant, and meaningful for variety of administrative, cultural, and political reasons that a life without it seems unimaginable in the twenty-first century. The ownership of this interactive life is troubled: when you start seeing interesting advertising on your Gmail banner, personalised ads aimed just at you, your existence has begun to belong to others. At last count there are now 2,267,233,742 users of the internet, that is, 32.7 per cent of the world population. While these numbers refer primarily to North America, Asia, and Europe, in Africa, Latin America, and the Middle East its use is growing rapidly. However, there is a big difference between being online and being wired. This is not a simple semantic difference, but rather an existential distinction that determines our roles, tasks, and possibilities in the world today. Without suggesting a return to twentieth century existentialism (which arose as a reaction against scientific systems threatening humans beings uniqueness) philosophy must stress the vital danger that being wired can pose for our lives.

 Not everyone who is online is also wired. The latter refers to those capable to finding a date or a job through social networks such as LinkedIn, downloading the latest episodes of True Blood, or purchasing self-designed Nike shoes; the former avoid these services. Using the internet just for an email account and cheap airline tickets does not make you technologically incompetent, but rather concerned for your existential distinctiveness, that is, autonomy. But has your existence started to belong to others? For the wired West the danger of the internet does not lie in going crazy from too many hours spent online, although this is becoming more common, but rather in considering a wired existence transparent, free, and vital for your life rather than an active threat. Although being wired assures you an identity on the web, that is, a position in the new wired world, it also frames your existence within the possibilities and limitations of the web. This is why Tim Berners Lee, a founder of the web, recently pointed out how the “more you enter, the more you become locked in. Your social networking site becomes a central platform—a closed silo of content, and one that does not give you full control over your information in it”.

An autonomous life in the twenty-first century will depend on the distances we manage to maintain from the politics of control. This politics was employed by the Soviet Union and is used in contemporary North Korea. These two regimes use technology to manufacture and control the existence of their citizens in order to impose certain beliefs and restrict others. Today, the West seems to be under a similar regime without a central government; that is, it is imposed by technology. Whether they offer exciting social existence on the web or release private data to governments, our existence is in the hands of programmers such as Larry Page, Mark Zuckerberg, and Jack Dorsey; after all, wars are now beginning to be fought also through the web with catastrophic consequences. If being wired seems the only possibility for existence today it’s because only those who have an IP address or Facebook account are recognisable; in other words, only the wired have identities. But the existential issue of wired does not inhere in the fact of being monitored, which is inevitable even offline today, but rather in the existential unfairness of our interactions on the web.

We sacrifice not only the personal information we submit when we join a network or make a purchase but also part of our being, that is, our autonomy. In this relation our existence is involved as a consequence rather than an option. Having said this, the difference between online and wired users of the web does not have to do with their level of education or social status but rather with each group’s interest in being an autonomous interpreter free from technological constraints. The ability of an information consumer to read “between the lines” has been indispensable since the first generation to read newspapers in the sixtheenth century. Today, though, the web requires an even greater effort considering the amount of information and the possibility of interaction at our disposal. The better our ability to interpret autonomously, the better our chances to live a distinct life, but who is capable of overcoming the web’s existential consequences? The online moderate or the wired enthusiast?

 While there is no quick answer to this question, the existential issues it raises are becoming as crucial as they were at the beginning of the nineteenth century. Like the worker in Chaplin’s Modern Times, who ends entangled in the machinery that has conditioned his existence, we must avoid seeing our preferences, interests, and views only in the banner advertisements constantly waved in our eyes.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Detalles sin importancia, obra de teatro de Francisco Holguín






Detalles sin Importancia”, obra teatral escrita y dirigida por Francisco Holguín Girón. Esta obra, que nace como un ejercicio académico en la facultad de Artes Escénicas de la PUCP, se mostró por primera vez fuera de la universidad al público el viernes de la semana anterior. Y el resultado, a nuestra consideración, ha sido magnífico. Todos llevamos una mierda adentro. A los liberales les gusta deleitarse con la que pueden arrancarse de los demás pero, desde hace tiempo, sabemos que, aunque nos duele, cada uno lleva un muestrario de la suya propia, que es la del mundo. La temporada es extremadamente corta y termina este domingo que entra.

domingo, 29 de julio de 2012

El evento de Pedro III: Apuntes de ontología de la actualidad (En Evohé, N° 2, 2012)




Los avatares de Pedro III

A modo de carta:

Estimados lectores:

 En mayo de 2009 fui invitado por la Universidad de Buenos Aires, La Municipalidad de Buenos Aires y la Feria del Libro de Buenos Aires (entre otros) a dar una conferencia magistral sobre hermenéutica política, vigencia de los lenguajes sociales posmodernos y actualidad. Escribí para cumplir el encargo anterrio varias versiones y textos retocados. La primera es La Revolución lo explica. La muerte de Pedro III, un texto sobre el concepto hermenéutico de "Ereignis" (evento) y revolución. Como es costumbre, parto de una analogía: Una noticia sacude y "revoluciona" el Reino del Perú: El Emperador Pedro III ha sido asesinado. A partir de esto resumo allí mis investigaciones sobre historia conceptual de ese entonces con mi pasión por la idea de evento como fundadora del régimen político, una noción a la que debo ya varios trabajos. La versión original de La muerte de Pedro III fue publicada por la Biblioteta Virtual de Pensamiento Político Hispspánico Saavedra Fajardo, de la Universidad de Murcia. Ése es un texto chico, de unas 7 páginas a un espacio, de cuya colección desearía componer volumen.

Un segundo Pedro III fue remitido a la Universidad de Buenos Aires, en calidad de archivo de las Actas de las I Jornadas Internacionales de Hermenéutica, es decir, de la conferencia de una hora de duración que dicté en Buenos Aires en el local de la Biblioteca. La verdad es que el original dictado no me gustó, y construí un texto ad hoc para las Actas. En 2011 José Chocce Peña me preguntó por la existencia de la conferencia original de 2009. Mi texto de las Actas es bastante elaborado, de teoría hermenéutica sobre la prevalencia de los lenguajes sociales, la hermenéutica y el pensamiento único. Creo que es de lo mejor que he escrito en materia de hermenéutica política, como teoría, quiero decir. Pero no quedaba del primer Pedro III sino apenas el nombre del desdichado soberano ruso, que como todos sabemos, fue sucedido por Catalina la Grande. Yo conservaba el texto de la conferencia. Se lo di y él lo reprodujo en Evohé, revista de filosofía villarrealina, N° 2, 2011.

Entre tanto, el mismo tema ocupa varios textos nuevos: el divertimento maistriano Influencia divina en la Constitución política (inédito, aunque en manos de Evohé N° 3), Evento y violencia fundante (versión electrónica cura de Adrián Bertorello), y una versión más grande con el título anterior, que va a ser impresa el año entrante en revista indexada que reservo de mencionar. Les hago presente, pues, la versión electrónica de la conferencia de 2009 que Evohé digital ha puesto en manos de los lectores, pues se trata de texto francamente raro y de interés intrínseco porque pasa de manera directa del vocabulario de la hermenéutica a su uso como interpretación social, como lo que Foucault y Vattimo llamarían "ontología de la actualidad". He aquí el link: Víctor Samuel Rivera La muerte de Pedro III Apuntes de ontología de la actualidad, en Evohé, revista de filosofía villarrealina, N° 2.

Why so many communist philosophers?


The destructive nature of neoliberalism has prompted many philosophers to reconsider communist ideas

Santiago Zabala

Reading and writing about Karl Marx does not necessarily make you a communist, but the fact that a number of distinguished philosophers are reevaluating Marx's ideas certainly means something. After the autumn 2008 global economic crisis, new editions of Marx's texts returned to our bookstores accompanied by a large number of introductions, biographies, and new interpretations of the German master. While this resurrection was undoubtedly caused by the financial meltdown allowed by our democratic governments, Marx's revival among philosophers is not as simple a consequence as many believe. After all, in the early nineties the great French philosopher Jacques Derrida anticipated this return as a response to Francis Fukuyama's (self-proclaimed) "neoliberal victory" at the "end of history".
Against Fukuyama's predictions, the Occupy movement and the Arab Spring demonstrated that history calls once again for a new beginning beyond the economic, neoliberal, and international paradigms we live in. A number of renowned philosophers (Judith Balso, Bruno Bosteels, Susan Buck-Mors, Jodi Dean, Terry Eagleton, Jean-Luc Nancy, Jacques Ranciere, and others), led by Slavoj Zizek, have began to envision how such beginning would look in communist terms, that is, as a radical alternative.This took place not only at successful conferences in London, Paris, Berlin an New York (which were attended by thousands of academics, students, and activists) but also through such best-selling books as Toni Negri and Michael Hardt's Empire, Alain Badiou's The Communist Hypothesis, and Gianni Vattimo's Ecce Comu. Although not all these philosophers consider themselves communist - at least, not in the same way - the fact that communist thought has been at the centre of their political research permits us to ask why there are so many communist philosophers today.



The Marxist revival 


Clearly, at these conferences and in these books, communism was not proposed as a programme for political parties to repeat previous historical regimes but rather as an existential response to the current neoliberal global condition. The correlation between existence and philosophy is constitutive not only of most philosophical traditions but also of politics in its responsibility for the existential well-being of humans. After all, politics is not supposed to be simply at the service of everyday administrative life but also to provide a reliable guide for everyone to fully exercise existence. But when these and other obligations are not met, philosophers tend to become existentialist, that is, to question and propose alternatives. This was the case at the beginning of the last century when Oswald Spengler, Karl Popper, and other philosophers began to warn us of  the dangers that come from a blind rationalisation of all human realms and an unfettered industrialisation of the world. But politics, instead of resisting such human industrialisation, followed its logics with devastating consequences, as we well know.


But today, things are not that different if we consider the latest effects of neoliberalism - apart from our current financial crisis,  where differentials in material well-being have never been so explicit - slum populations are growing by an shocking 25 million people a year, and the devastation of our planet's natural resources is causing dire ecological consequences throughout the world, and in many cases it is too late to correct. UK Ministry of Defence report predicted not only a resurgence of "anti-capitalist ideologies, possibly linked to religious, anarchist or nihilist movements, but also to populism and the revival of Marxism". This revival of Marxism is a direct consequence of capitalism's existential annihilations. What is 'communism'?
Although the word "communist" has acquired innumerable different meanings throughout history, in today's public opinion it is not only considered a remnant of the past but also imagined as a political system where all cultural, social, and economical components are controlled by the state.


Although this might be the case in China, Vietnam, and North Korea, for most philosophers this meaning is not only outdated but also stands in sharp contrast with their existential justifications for its revival. As Zizek put it, if state communism didn't work, it's primarily because of the "failure of anti-statist politics, of the endeavour to break out of the constraints of State, to replace statal forms of organisation with 'direct' non-representative forms of self-organisation". Communism, as the antistatist realm for equal opportunities, today has become the best idea, hypothesis, and guide for nongovernmental or stateless political movements, such as those that arose from the protests in Seattle (1999), Cochabamba(2000) and Barcelona (2011). Although each of these movements fought for different specific causes (against injurious economic globalisation, the privatisation of water supplies, and harmful financial policies) their enemy was the same: democracy's system of property distribution through capitalism's private impositions. As the increasing poverty and slum populations demonstrate, this model has left behind all those who do not succeed within them, generating new communists.


Communism and democracy

In sum, while Negri and Hardt see in the “common” (ie, where private and public immaterial property can be held in common) and Badiou in insurrectional experiences (as that of the Paris Commune), the possibility of nonstate "forms of self-organisation", that is, of communism, Vattimo (and I) have suggested looking to the new democratically elected leaders of Venezuela, Bolivia, and other Latin American Nations. If these leaders have managed to enact communist policies without violent insurrections, it isn't because of their theoretical or programmatic strength but rather their weakness.
Contrary to the "scientific socialism" agenda, weak (or hermeneutic) communism has embraced not only the ecological cause of degrowth but also the decentralisation of the state bureaucratic system in order to permit independent counsels to increase community involvement.
It should not come as a surprise if many other philosophers, now made communist by the destructive actions and life-destroying policies of neoliberalism, also see the alternative this region offers, especially because the Latin American nations have demonstrated how communist access to power can also take place through the formal rules of democracy.

jueves, 19 de julio de 2012

Nos vamos de vacaciones 20 días (y volvemos)

La rebelión monarquista de 1911. Parte XV. La amnistía y el gobierno


La amnistía y el gobierno 
Víctor Samuel Rivera

Lesca y Martinenche no fueron los únicos habitantes de París en hacer una visita al Perú. La extraña marcha del hispanista y del editor fue sucedida por una de Ventura, al año siguiente, en 1911. Biográficamente hablando, la de Ventura es también una visita bastante irregular, pues éste no regresó a Lima después con mucha frecuencia que digamos y carecía de un motivo específico para el viaje. El matrimonio de su hermano Francisco se había celebrado en Lima el año anterior, pero Ventura no había asistido, con seguridad porque se ocupaba de la impresión de su Del romanticismo al modernismo. No parecía tener gran cosa qué hacer ahora, salvo expresar su gratitud a José, a quien le debía de su exitoso libro prácticamente todo. Le escribe meses antes de viajar que va “leyendo y releyendo Carácter de la literatura” . Pero uno se sorprende más de la visita de Ventura de 1911 porque vino acompañada de un sobrecogedor relámpago de activismo político. 

Estamos ante el escenario que, en la obra de Ventura Nosotros, sirve de explicación en 1946 para el fracaso de la Generación del 900. El 11 de septiembre de 1911 José había redactado un artículo en El Comercio titulado La amnistía y el gobierno . El texto fácilmente se prestaba a ser interpretado como un manifiesto en favor del golpe de Estado y la insurrección popular, por lo que el Presidente Augusto Leguía hizo detener a su autor, que purgó unos días en la cárcel. Ventura encabezó entonces una serie de episodios sociales para el rescate de su amigo, cuyo relato podemos remitir a otra fuente . Ya sabemos por los posts anteriores de esta serie que Ventura iba a movilizar a una multitud de personas en un acto insurreccional auténtico que José estaba justificando en la prisión. También sabemos que todo –según Ventura- iba a terminar en un banquete para quinientas personas en el Club Nacional con cincuenta maleantes armados como escolta. 

Ventura en persona atravesó las calles multitudinarias, se internó entre la soldadesca y entró a bastonazos en el Palacio de Gobierno de Lima a exigir la liberación del preso. Era una verdadera revolución, que hizo pasar a José de los vejámenes en la cárcel (cuyos horrendos detalles preferimos ignorar) a la cálida cena consabida en el Club Nacional . Ventura tuvo para José, en manifiesta retórica maistriana, estas frases: “Cada día veo con más claridad que eres un predestinado”. Le escribía el maurrasiano y laico Ventura: “¡Me harás creer en la Providencia”! Ventura se arrodillaba frente al Perdonador con un revólver en el cinto. 

Cuando, hacia fines de 1908 o inicios de 1909, Ventura requiere de la ayuda de José para compilar el material de su Del romanticismo al modernismo, una pincelada monárquica aparece abrupta. “¡Oh Barrès peruano!” –escribe Ventura- “Voy a hacerme perdonar por mi largo silencio y mi cinismo escribiéndote periódicamente extensas cartas” . Pero hemos vuelto ya al recuerdo de las charlas escolares de “los cinco” sobre Nietzsche, Juan Donoso Cortés y el Conde de Maistre. Hablando sobre la forma del régimen político escribe Ventura: “Sigo creyendo como entonces que el único remedio es la teoría del buen tirano”. Acto seguido, el bueno de Ventura nos deja saber un par de cosas: que “el buen tirano” no es un dictador, ni un caudillo, sino un monarca, y que ese monarca es el propio José. 

Ventura pensó en José como Rey.

Ventura aclara que la tiranía en la que piensa no se refiere a “breves periodos de analfabetos”: es una manifiesta alusión a las dictaduras republicanas del siglo XIX peruano y sus caudillos efímeros. Se requiere algo más que eso, algo que dure más que una dictadura. He aquí entonces una idea subversiva y monárquica. Ventura, consciente tal vez de que se trata de una reflexión excesiva, incluso para 1909, añade con entusiasmo: “¿no crees que, aun si se es vencido, vale la pena intentar semejante heroísmo?” Prosigue Ventura en un delicioso delirio monarquista: “Me dices –en una carta trágicamente perdida- con una modestia un poco irritante que no te crees a la altura de la misión que para ti deseamos algunos chanchos” : Agrega Ventura al “Barrès peruano”, al “predestinado” por la Providencia Divina: “En fin, esperemos y callémonos, sobre todo porque esto espantaría a los republicanos de allí que todavía se entusiasman con los anales de la Revolución Francesa”. “Tantos años faltan para realizarse este sueño que parece ridículo hablar desde ahora” . 

 Ventura encontraba una solución al problema del régimen político peruano en la búsqueda de un líder en clave monarquista. Era el programa de Maurras. Eran las ideas de la Francia maurrasiana y positivista de 1909. Eran también las que su amigo José había consagrado en 1905 y ratificaba, con la cómplice mirada de Martinenche y Lesca, en su libro La Historia en el Perú. Entonces, al año siguiente, Ventura se consagró al plan. José iba a vincularse con los maurrasianos de París para pasar del pensamiento a la acción, del “más sutil talento” a “la voluntad”. ¿No decía Riva-Agüero que “Todo Derecho es fuerza”? Ventura se sirvió de unos contactos nacionalistas franceses que seguramente procedían de su hermano Francisco. Entabló lazos entonces con unos hispanistas del entorno de l’Action Française, Martinenche y Lesca. Ventura compromete a José a que colabore con ellos para un proyecto que era caro a ojos de Martinenche, joven profesor de La Sorbona: crear el Groupement des Écoles; a eso se añade escribir en el órgano de prensa del Groupement, el Bulletin de la Bibliothèque Américaine, cosa que se hace efectiva entre 1910 y 1911. Una vez establecido el contacto, Ventura anima a los hispanistas-royalistes a viajar a Lima en 1910, un esfuerzo notable considerando la penosa travesía trasatlántica por barco que tenían que padecer. Por desgracia, el plan falla, pues José, por algún motivo desconocido, no logra consolidar el Groupement en el Perú y en Lima nadie les hace caso a los franceses. Pero parece que Riva-Agüero tampoco se esmera tanto en hacerlos notar, tal vez por falta de “voluntad”. Conversan con José sobre la Guerra con Chile. Se toman unas fotografías, pero no pasa nada más y es un auténtico fiasco. Ventura viene entonces en persona desde París al año siguiente. Para su sorpresa, se encuentra con que José es considerado un subversivo y lo meten en la cárcel. Entusiasmo. El lector del Conde de Maistre cree confirmar que en José está “el predestinado” por “la Providencia” para un acto de fuerza. Ventura entonces ingresa en persona al Palacio de Gobierno, y lo hace a bastonazos. 

El Barrès peruano es liberado, hay una suerte de apoteosis social y los actores terminan cenando en el Club Nacional, pero no pasa nada más. Ahora - ya lo comprendemos mejor- Ventura dio el plan por fracasado en ese mismo episodio. “Hasta el alba me di cuenta tristemente de que el más sutil o poderoso talento puede no estar unido a la voluntad” . Sea lo que fuere, en el banquete de 500 nobles de Lima, el pensador, el ideólogo, “el más sutil talento” limitó su “voluntad” a esto: a comer. Ya habían fracasado los franceses el año anterior. Sin “voluntad” no había “predestinado” que valiera. ¡Qué dinastía ha tolerado la historia que fuera comandada por un indeciso! Ventura se regresó a los pocos días, sin acuso de disgusto, al París del que había salido.

domingo, 8 de julio de 2012

La rebelión monarquista de 1911. Parte XIII. Sigue la historia de los contactos franceses


La rebelión monarquista de 1911. Parte XIII. 
Sigue la historia de los contactos franceses 

Víctor Samuel Rivera

Los franceses deben haber estado al tanto de la obra desde un inicio, dado que la citaba Ventura en su antología y José venía preparándola desde tiempo atrás. Los hispanistas de París parecen haber estado en Lima antes de la presentación final del texto, que le sirvió a José para graduarse como doctor en Letras en la Universidad de San Marcos. Riva-Agüero compartió las pruebas de composición del libro de 1910 con Lesca y Ventura, y es razonable sospechar que también con Martinenche. A todos les proporcionó el libro terminado con ejemplares adicionales, que podemos imaginar estaban destinados para otros hispanistas como ellos. Llama la atención el deseo de compartir pruebas y ejemplares de un libro que al fin no era de literatura. Pero hace más sentido si recordamos uno de los temas que Riva-Agüero consideraba vitales en él: la monarquía.

En este libro de 1910 se insiste en la posición monarquista de 1905. "Esta doctrina" –dice- la "reiteré cinco años más tarde en mi tesis doctoral". A estas alturas ¿no hay algo nos sugiere que Lesca y Martinenche no atravesaron el planeta Tierra desde el Café Fouquet en París hasta el palacio de la Calle de Lártiga en 1910 sólo para conformar un comité de literatura franco-peruana? El comité al final no fue oficial, por lo que no tuvo en los diarios noticias de actividades, conferencias o banquetes. Algo más resaltante si pensamos que José tenía contacto directo con los diarios de Lima La Prensa y El Comercio. Era un aristócrata que podía hablar directamente con los propietarios de los diarios que, además, le publicaban todo, pues José era considerado una celebridad y la presencia de sus artículos un honor. Pero este comité universitario, en triste anonimato, acabó conformado por un único miembro, José; éste venía de ser nombrado “catedrático adjunto” de la Universidad de San Marcos en 1910, pero no dictaba clases y no hay evidencia de que Lesca ni Martinenche supieran de este modesto ascenso de rango. Todo el activismo del comité local se redujo a hacer público –aunque no con mucho esmero- el deseo de reformar la universidad a través de un “intercambio de maestros” (con universidades del extranjero, o sea de Francia).

 Las gestiones en Lima de Lesca y Martinenche en 1910 tuvieron un final desesperanzado y triste, que culminaría en una extraña melancolía. “Tengo muy buenas fotografías de mi viaje” –escribe Lesca un día recordando la extraña visita- “en una de ellas figura usted con el señor Martinenche delante del monumento a los muertos en la guerra contra Chile”. Se delata así los temas de conversación del comité del Groupement. La nación fue la cuestión central. Pero no había pasado nada. Termina Lesca: “A menudo, con el señor Martinenche, miramos esas fotografías”. ¿No resulta más interesante creer que los hispanistas deseaban contactar con este Riva-Agüero, que era tan “subversivo” como ellos mismos? "¿Recuerdas nuestras largas charlas un poco subversivas y monárquicas?", relee Riva-Agüero la letra de Ventura.

Avisos varios

Avisos varios

Víctor Samuel Rivera
Sociedad Peruana de Filosofía

Estimados lectores. Estos últimos 20 días no han sido en absoluto propicios para escribir nada provechoso. Por desgracia la labor académica ordinaria me dificulta lo que debe haber sido y es aún ahora la mayor satisfacción de mi existencia humana, la reflexión por escrito. Unos meses he insistido en adelantarles el texto "La rebelión monarquista de 1911" por entregas pequeñas, que voy a continuar ahora. Esto ha sido en desmedro evidente de mis ensayos sobre hermenéutica política y filosofía en general, que he ido insensiblemente dejando de escribir. Esta situación no es permanente y espero que así la tomen mis lectores;filósofos e interesados en ciencias políticas y sociales.


Por otro lado, está cercana la composición de un par de reseñas sobre los libros recientes de Gianni Vattimo, que el turinés ha tenido la amabilidad de remitirme, así como de dos libros de filosofía de la Argentina.
Caetera desiderantur...


domingo, 17 de junio de 2012

La conspiración monarquista de 1911. Parte XII. En el Bulletin de la Bibliothèque Américaine


La conspiración monarquista de 1911. Parte XII.
En el Bulletin de la Bibliothèque Américaine 

Meses después de la visita de Martinenche y Lesca de 1910, resulta que Riva-Agüero terminó siendo él mismo la conexión peruana con el Groupement. No se oyó más de tratos con el rector ni el decano ni los profesores de San Marcos. 

En 1910 Lesca nombró a José corresponsal de la publicación que sacaba el Groupement, el Bulletin de la Bibliothèque Américaine. Se trataba de recoger material local para la biblioteca en París, seguramente con operaciones de canje o colaboración simple. Riva-Agüero colaboró en el Bulletin en tres números, entre 1910 y 1911. En dos números hizo recuentos anuales de la cultura en el Perú. En otro más publicó una crítica al libro Sociología, que Mariano H. Cornejo, exitoso profesor de la materia, había impreso en Madrid en dos tomos. José suspendió sus aportes al Bulletin de la Bibliothèque Américaine en 1912. El motivo parece ser muy simple. Francisco había fundado en París la Revista de América, una publicación cultural sobre la América Latina. Francisco, con las colaboraciones de José para el Bulletin de Martinenche a la vista, le solicitó a su amigo que lo apoyara. José tuvo en la revista de Francisco una sección propia llamada “Letras Peruanas”; su contenido era más o menos el mismo que el de los artículos antes destinados al Bulletin. Escribió en Revista de América desde 1912 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial. La Revista de América era además en gran medida una competencia del Bulletin. Es evidente que no podía publicar lo mismo en ambas revistas. Como sea, ya sabemos que a Riva-Agüero, luego de su libro de 1905, no le interesaba la literatura peruana para nada.

Mientras Lesca, Martinenche y Francisco tratan, como antes Ventura, de sustraer de José su hondo conocimiento literario y cultural peruano, como académico, al pensador de Lártiga le interesaban más otros temas, la parte más subversiva de la sección política de su libro de 1905. Este interés se manifestaba en las obras sucesivas que compuso en el mismo periodo de la relación con Ventura y los hispanistas franceses, esto es, entre 1909 y 1913. En los años intermedios publicó tres libros que con toda certeza nada tenían que hacer con la literatura peruana. Eran más bien relativos a temas de sociología y filosofía política: La Historia en el Perú [1910], Fundamento de los interdictos posesorios [1911] y Concepto del Derecho [1912], al que ya referimos antes. En los tres el asunto trasversal tiene que ver con la forma de régimen político, el rol de la fuerza en las constituciones políticas, la guerra y el liderazgo en el orden social. El lector entre líneas reconoce los temas de las charlas subversivas de “los cinco”. Los imagina caminando sobre los ecos entristecidos de la antigua capital de la Monarquía en el Perú. En el recuerdo de Ventura, “como cuando hacíamos cinco o seis veces el trayecto de Lártiga a la Amargura”.


Me permito republicar el video del Emperador Carlos Habsburg
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viernes, 15 de junio de 2012

Carlos, último Emperador de Austria-Hungría

Carlos, último Emperador de Austria-Hungría (Con una reflexión sobre la nostalgia) Somos nostálgicos, pero nostálgicos de lo que nunca llegó a ser. Tal vez lo somos de lo que no puede ser. Pero es éste un no poder ser sobre lo haber ya sido. Es una imposibilidad sobre la que nos movemos. Por eso nuestra nostalgia es más honda y conoce mejor la nada que aquellos que la realizan. Les aconsejo ver este video del Beato Carlos, Emperador de Austria y Rey de Hungría.

miércoles, 6 de junio de 2012


La conspiración monarquista de 1911. Parte XII
Los adoradores del "suntuoso pasado"

Víctor Samuel Rivera

Como ya hemos anotado, Ventura García Calderón usó Carácter de la literatura de José de la Riva-Agüero como referente para su propia obra, que sus amigos, los editores hispanistas, podían además leer en castellano. Inútil negarlo; Ventura no podía omitir este hecho tan palmario y fundamental. La gratitud le sugirió entonces dedicar unas líneas a Riva-Agüero en una sección titulada “los nuevos”, que en cierta medida estaba orientada a resaltar a “los cinco”, esto es, a los “novecentistas”, estos subversivos pequeños del 900. Es aun más relevante que Del romanticismo al modernismo se abra con una tierna dedicatoria al futuro marqués de Montealegre. Ésta no hace alusión a sus cualidades literarias, que el texto de Ventura no se esmera en resaltar; trata más bien de asociar “su nostalgia a la mía”. Dice el texto, que vamos a transcribir:


“A
José de la Riva-Agüero
Que adora el suntuoso pasado peruano, dedico este libro, para asociar su nombre a mi nombre, su nostalgia a la mía; -y una vez más repetirle mi cariño.

V.G.C.

París, 1910”

Ventura vincula su nostalgia a la del “que admira el suntuoso pasado peruano”. Ese “suntuoso pasado”, demás está decirlo, no era el de los Incas. El pasado del Perú en 1910 terminaba en la memoria de los cronistas de la conquista española. Por tanto, “el suntuoso pasado” era para cualquier lector peruano (y francés) el de la monarquía peruana, cuya existencia databa entonces de apenas 80 años atrás. ¿Qué opinión podría merecerles esto a Lesca y Martinenche? ¿No estaban estos monarquistas de París interesados también por el “suntuoso pasado” –aunque más no fuera el de Francia-?

Ventura sacó de la imprenta su Del romanticismo al modernismo en abril de 1910. Pocos meses después de la impresión del libro de Ventura, en 1910, la Ciudad de los Reyes fue visitada por una extraña y diminuta comisión académica francesa. Ésta estaba integrada nada menos que por Ernest Martinenche y Charles Lesca. Desde el punto de lo que podríamos llamar la “historia oficial”, Martinenche venía acompañado por Lesca para crear lazos universitarios franco-peruanos. En esta línea, Martinenche había investido antes a Riva-Agüero de encargado de la sección peruana de una institución, dedicada a fortalecer los vínculos de los hispanistas franceses con América Latina. La institución era el Groupement des Universités et Grandes Écoles de France pour les Relations avec l’Amérique Latine. Martinenche, desde 1909, había intentado servirse de Riva-Agüero –sin mucho éxito que digamos- para organizar el comité local. José, que entonces era poco más que un estudiante en la redacción de su tesis de doctorado, no logró gran cosa. Inició negociaciones con las autoridades de la Universidad Mayor de San Marcos de Lima, con el rector, el decano de la Facultad de Letras, los profesores más eminentes y los alumnos de habla francesa. Un fracaso completo. 

No hemos encontrado rastro de ningún evento oficial ni de discurso o banquete universitario; sólo sabemos que José se reunió con Lesca y Martinenche y les mostró los tesoros coloniales de Lima. Se tomaron unas fotografías juntos. Colocó después algunas suscripciones al Bulletin, donde él escribía. Allí terminó todo.

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miércoles, 23 de mayo de 2012

La conspiración monarquista de 1911. Parte X. Las cartas de Francisco


La conspiración monarquista de 1911. Parte X
Las cartas de Francisco García Calderón a Riva-Agüero (1907-1910)


El 21 de abril de 1907 Francisco dedica una extensísima nota al tema; la carta es casi una reprimenda por otra de José que no se ha conservado, aunque las posiciones monárquicas de Riva-Agüero se acentuarían en la correspondencia privada en tiempo posterior. Por suerte, conservamos sus cartas monárquicas de 1931, año del retiro del Rey Don Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República Española. Pero volvamos al 900. La carta de Francisco era una secuela dentro de un conjunto más grande de correspondencia igualmente perdida. Su origen manifiesto es una polémica sobre la postura monarquista de 1905, así como su respuesta por parte de Francisco en su libro de 1907, donde la idea monárquica era desestimada. La discusión apuntaba a La Historia en el Perú, libro de 1910 que Riva-Agüero estaba componiendo sobre la marcha de la discusión. Al mismo tiempo, Ventura se liaba con Ernest Martinenche y Charles Lesca.

Escribe Francisco a José:

“Tu primera réplica me ha impresionado, es sugestiva; y dices bien al escribir que estamos de acuerdo en lo esencial y que nos separa algo sin interés futuro o presente”. Agrega Francisco –casi como un consuelo-: “Te confesaré que por aquí, en esta república anarquizada (Francia, se entiende), se ama y se simpatiza con la monarquía. Es un principio de estabilidad y de equilibrio que parece necesario”.


Francisco dedica varias páginas a refutar que el principio monárquico sea razonable en América, pero La conspiración monarquista de 1911. Parte X. Las cartas de Franciscoconcede que, al menos en Francia, “se ama y se simpatiza con la monarquía”. Como ya puede sospechar el lector, Francisco se refiere al activismo de l’Action Française y a sus líderes, los nacionalistas como Barrès y Maurras. En un arrebato de indulgencia, Francisco concluye la discusión de 1907 de esta manera: “Estoy, pues, de acuerdo contigo en teoría: La monarquía parlamentaria es el mejor gobierno”. En 1910, una vez que La Historia en el Perú estaba en sus manos, escribe Francisco desde París al monarquista de la Calle de Lártiga: “Es claro que ser monarquista pudo parecer antipatriota entonces –en 1822- pero (ya) no (lo es) ahora”. “Ahora”, esto es, en 1910, ser monarquista no estaba tan mal. Y ya sabemos quién es el “monarquista”.

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sábado, 12 de mayo de 2012

Carácter de la literatura del Perú independiente: La polémica oculta con Javier Prado


Seminario: Viendo pasar las cosas
Usos y prácticas de lo escrito en la República Aristocrática (1895-1919) 




Fechas: Miércoles 16 y jueves 17 de mayo de 2012

Lugares: Miércoles 16 de mayo/ Instituto Riva-Agüero, Camaná 259, Lima 

Jueves 17 de mayo/ Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos/ Av. Venezuela cuadra 34, Lima 

 Organizan: Instituto de Investigaciones Humanísticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos/ Instituto Riva-Agüero


El día miércoles 16 se instala la Mesa 3: "El joven Riva-Agüero", de 7:00 pm a 9:00 pm.

En esta mesa expondré el tema:


Carácter de la literatura del Perú independiente: La polémica oculta con Javier Prado

Me acompañan Jorge Trujillo y Lenin Lozano, con el comentario de Carlos García Bedoya

miércoles, 9 de mayo de 2012

De vacaciones

De vacaciones
Víctor Samuel Rivera. Estas últimas dos semanas nos tomamos (unas merecidas) vacaciones.  Ruego su comprensión y agradezco su paciencia.

miércoles, 25 de abril de 2012

La conspiración monarquista de 1911. Parte IX. La superioridad teórica de la monarquía



La conspiración monarquista de 1911
Parte IX

La superioridad teórica de la monarquía

Víctor Samuel Rivera

Carácter de la literatura es víctima de una gran injusticia si se lo lee como un libro de literatura. Se trataba en realidad de un texto de sociología y de política. José se inspiraba en la obra de Hyppolite Taine Histoire de la littérature anglaise [1873], de análoga factura. Como antes había hecho Taine, José desarrolló una historia de la literatura con una finalidad política, que incidía en el periodo que Ventura refiere como “romanticismo”. Ventura mismo nos da testimonio de haber interpretado el libro de José de esta manera. Para 1909, José conservaba el material con el que había trabajado el lustro anterior, una buena parte los originales de las obras citadas, pero también copias manuscritas de obras que José no había podido conseguir para tener en propiedad y que debía haber trascrito él mismo, sea de la Biblioteca Nacional o sea de bibliotecas particulares, como la del filósofo Javier Prado. En su mayor parte se trataba de obras raras y muy valiosas. Ventura, en París, no tenía acceso a nada de eso, y a José, en cambio, ese material le parecía ahora marchito e inútil. Sin dilación, a la primera solicitud, José se lo mandó en “siete paquetes”. Pero Ventura, de apetito insaciable, insistía en solicitar de Riva-Agüero más y más material. Como se observa, Del romanticismo al modernismo era una suerte de reciclaje del trabajo (y de la biblioteca) del buen amigo de Lártiga. Ventura debía tentar a José para esta generosidad tan exagerada. Estaban allí Lesca y Martinenche; pero es evidente que no podían conmoverlo con la literatura. ¿En razón de qué podía José interesarse en estos contactos?






















Charles Lesca y Ernest Martinenche, los editores y contactos de Ventura, ingresan aquí en su calidad de nacionalistas royalistes. Hay sobrados estudios sobre el activismo monarquista francés del género al que estos personajes pertenecen en el periodo anterior a la Primera Guerra Mundial, cuya cronología coincide en lo más básico con estas historias franco-latinoamericanas que venimos refiriendo. El monarquismo positivista francés estaba en su pico más alto. Pues bien. El autor de la tesis de 1905 también se consideraba a sí mismo todo lo que eran los contactos de Ventura. Un “hispanista”, un nacionalista y un monarquista. La misma tesis de 1905 había sustentado, desde presupuestos positivistas, lo que llamaría años después él mismo, en la década de 1940, la “superioridad teórica de la monarquía”. El filósofo Alejandro Deustua le escribía a Riva-Agüero por esos años, en referencia a la tesis de 1905: “Yo no habría defendido nunca, como usted lo ha hecho, la forma monárquica de gobierno como conveniente para el Perú”. “Es que en usted el liberalismo es un accidente” –agrega Deustua-. En referencia a este periodo valen los elocuentes términos del escritor mejicano José Vasconcelos, amigo a quien el futuro marqués de Montealegre de Aulestia conoció en una visita de Vasconcelos al Perú en 1916. Al conocerlo, “Riva-Agüero sostenía el programa cabal de la Acción Francesa, antes de que la Acción Francesa difundiera su tesis”. Vasconcelos, en alusión a las ideas monarquistas de Riva-Agüero, que le parecen a él más bien anecdóticas, agrega con cierta ironía: “La tesis de Riva-Agüero estaba en su sangre”. José era de derecho Marqués de Montealegre. El texto que incluye estas observaciones es un ensayo pequeño, de tipo memoria y semblanza que se titula Mi amigo el Marqués.


En 1909 la monarquía había regido el Perú tres siglos; la República, en cambio, apenas 80 años. La monarquía lucía espléndida en prósperos países modernos, en particular, en los Imperios Alemán y Austro-Húngaro, ambos países jóvenes, más jóvenes que la República del Perú. En contraste, el Perú que se había originado en 1821 era un ejemplo de anarquía e incertidumbre, el exacto contrario de esos Imperios; uno era el efecto de la guerra Franco-Prusiana de 1870 y el otro el resultado legitimista y monárquico de la revolución de 1848 en Europa Central. No parecía ilógico vincular el pensamiento de la nacionalidad con la cuestión  de la naturaleza del régimen político, así como las razones de su respectivo éxito o fracaso. Las impresiones más vivas del José de esa época sobre la monarquía han desaparecido, y sólo podemos hacernos una idea bastante vaga a partir de la correspondencia, que se conserva muy escasa de antes de la década de 1920, como es el caso de la carta de Deustua de 1909 que venimos de citar. Pero podemos hacer un esfuerzo por reconstruir lo que falta.



domingo, 8 de abril de 2012

La conspiración monarquista de 1911. Parte VIII



La conspiración monarquista de 1911. Parte VIII
Los monarquistas franceses y Riva-Agüero


Víctor Samuel Rivera


Resulta un hecho sorprendente de la historia de los contactos franco-latinoamericanos que el círculo hispanista de Foulché-Delbosc no fuera solamente una comandita de intereses literarios. En realidad los hispanistas de este círculo eran también parte no tan colateral del activismo político francés. Martinenche y Lesca eran nacionalistas maurrasianos y monarquistas. Ambos realizaban estudios sobre España y la América española y portuguesa, pero estaban vinculados, en mayor o menor grado, al activismo de l’Action Française. Este movimiento de la extrema derecha francesa, para 1909, se caracterizaba por una postura monarquista; su libro emblemático era Enquête sur la monarchie [1901-1903, reedición de 1911] de Charles Maurras, libro que sería uno de los más célebres textos ideológicos anteriores a la Segunda Guerra Mundial.

Charles Lesca y Ernest Martinenche eran unos académicos hispanistas, pero también unos nacionalistas monarquistas, unos royalistes. En este liderazgo nacionalista y monárquico destacaba, al lado de Maurras, el poeta Maurice Barrès [1862-1923]. Éste último con toda certeza, se hizo amigo cercano de Ventura, quien lo cita expresamente en Nosotros. Hay que decir que, en términos generales, Ventura admiraba en Barrès tanto su pluma como su ideología. Maurras, por su parte, tuvo sin duda trato personal con Francisco, que también conocía y apreciaba, junto a su persona, su doctrina. Tanto Francisco como Ventura tuvieron trato de amistad con otros maurrasianos menores del entorno íntimo del movimiento; un ejemplo es el provenzal Marius André; a través de este último, la revista parisina Hebdomadaire, importante en la biografía de Riva-Agüero, incluiría a inicios de la década de 1920 diversas notas sobre el Perú, el centenario de la Independencia peruana, “los novecentistas”, la revista Mercurio Peruano y la obra de Francisco. Lesca fue amigo próximo tanto de Barrès como de Maurras. Es razonable preguntarse cuál era el límite entre el activismo y los estudios iberoamericanos, si es que había alguno.


Desde fines de 1908, Ventura comenzó una serie insistente de cartas para Riva-Agüero, en un ciclo que iría a cerrarse alrededor de 1911, la fecha del “fracaso”. Hay que considerar que Ventura era especialmente ingrato para escribir y que casi no le había escrito nada a José desde que se había mudado a París en 1906. Después de una lista enorme de pedidos y reclamos por los tan deseados libros para hacer la compilación de 1910 escribe Ventura: “No te olvides de que, a pesar de todas mis lentitudes para contestarte, de todas mis perezas, tienes aquí un amigo que de veras de quiere”; agrega: “creo como tú que nada más engorroso que escribir una carta”. Sin duda que le resultaba muy engorroso escribir a Ventura, sobre todo considerando que José se ha encargado de hacernos saber que él sí se apuntaba para escribirle a su amigo, que normalmente –antes de 1909- no le contestaba nada.

Sin menoscabo de otras intenciones, hacia 1909 Ventura estaba muy interesado en obtener el material que estaba preparando para el año siguiente, cuya existencia en la imprenta era debida a la ayuda de Martinenche y Lesca. El de Lártiga había redactado en 1905 su tesis de bachiller en Letras dedicada en gran parte a la historia de la misma literatura que ahora Ventura quería compilar, al extremo de que en gran medida el libro de Ventura puede ser considerado una variación del de Riva-Agüero. El texto de José que usaba Ventura es Carácter de la literatura del Perú independiente, el mismo libro que había servido para el modelo de nacionalismo esbozado por Ventura en Nosotros. El lector entre líneas comprende que la historia de Del romanticismo al modernismo y la del nacionalismo descrito en 1935 es la misma historia.

martes, 3 de abril de 2012

La conspiración monarquista de 1911. Parte VII



La conspiración monarquista de 1911. 
Parte VII
Una mirada desde el Café Fouquet(1909-1913)

Víctor Samuel Rivera


1909. “¿Recuerdas nuestras largas charlas un poco subversivas y monárquicas?”, le escribe Ventura García Calderón a José. Es una carta entusiasta, seductora. Ventura tenía entonces 24 años y alcanzaba a la memoria del joven historiador unos episodios colegiales entonces bastante cercanos. Ventura remite al grupo de amigos que salía en 1900 del Colegio de la Recoleta. Implica, pues, un retrato de “Nosotros”: unos niños que charlan a la salida. Los García Calderón vivían en un palacete en la Calle de la Amargura, al lado del colegio. Tres cuadras más allá, en la Calle de Lártiga, frente a la Iglesia de San Agustín, estaba la casa de los Riva-Agüero. Los amigos recorrían la recta entre ambas casas con charlas inexhaustas sobre Nietzsche, de Maistre y Donoso Cortés. Ventura llamaba a este grupo de muchachos “los cinco”; eran Ventura y su hermano Francisco, pero también, junto con José, Carlos Zavala, Mansueto Canaval y Raymundo Morales de la Torre. Les interesaba la excepción, la historia y la guerra. Pero Ventura y Francisco eran amantes de la subversión. La charla con José se centraba en un tema: la forma de régimen político más apropiado para el Perú. Conversaban sobre la monarquía constitucional y la república anárquica; comparaban el brillo del Imperio del Brasil del siglo XIX, expansivo y exitoso, con el Perú de la misma centuria, una monarquía opulenta que agonizó a la enjuta entidad revolucionaria y fracasada sobre cuyos recuerdos aplastaba cadencioso su paso la conversación. Por haber charlado así los cinco alrededor de 1900 a veces se les llama a ese “nosotros” “los novecentistas”. Los jóvenes pensaban en el Perú republicano, vencido en la guerra de 1879. Discutían a viva voz la teoría “del buen tirano” .


Mientras escribía su carta del año 1909, Ventura llevaba ya tres años en París. Se había mudado allí en 1906 con su madre y sus hermanos Juan, José y Francisco. Había que acomodarse. Para 1909 Francisco [1883-1953] ya era considerado en Europa un representante de las letras latinoamericanas. En 1907 había impreso Le Pérou contemporain, uno de los grandes manifiestos de los “novecentistas”. La Academia Francesa premiaría pronto la obra. En 1909 Francisco era, pues, famoso. A Francisco hay que figurárselo sentado en el Café Fouquet, a 50 metros de la Place de l’Ètoile . En el Fouquet gozaba de la compañía de las grandes personalidades de la vida filosófica francesa. Sus contertulios eran Gustave Le Bon, Émile Boutroux, Gabriel Séailles, Théodor Ribot o Henri Poincaré, con todos los cuales mantuvo relación personal e incluso amistad. Séailles, quien era entonces una de las lumbreras académicas de París, había prologado la obra de 1907 premiada por la Academia. En 1909 Ventura –que algún día habría de ser postulado al Premio Nóbel de Literatura- hacía entonces un esfuerzo bastante infructuoso por no quedarse atrás de su hermano. Él, personalmente, no era aún nadie.

Mientras recordaba las charlas antiguas de la Recoleta, Ventura se jactaba sin exceso de haber publicado un humilde folleto de crónicas de prensa que se llamaba Frívolamente; se trataba de una colección de ensayos de periódico que logró imprimir con la Editorial Garnier, en 1908. “Te mando mi libro –escribe entonces a José-. No lo leas. Hojéalo un poco y nada más. Sin modestia, te diré que es mediocre”. La mediocridad tenía una explicación simple: el origen de su libro tenía “un motivo comercial”; Ventura necesitaba dinero y ganar escribiendo más de esos articulillos, para lo cual requería “conseguir correspondencia de los periódicos sudamericanos”. Se trataba, en suma, de “tonterías de periodista”. En 1909, mientras escribía a Riva-Agüero, soñaba con un libro de mayor fuste. Se trataba de una antología literaria peruana, la hoy rara compilación Del romanticismo al modernismo. Ventura quería en las letras hispanoamericanas lo que su hermano había logrado en la filosofía. En este contexto repasan los amigos las charlas “un poco subversivas”. Allí donde se ve pura literatura hay también interés político: subversivo y monarquista.



Ventura estaba elaborando en París los prólogos y los comentarios a su Del romanticismo al modernismo en un contexto muy afortunado. Alrededor de 1907, mientras su hermano recibía el premio de la Academia Francesa, Ventura se había topado con una red de académicos franceses ávidos de conocimiento sobre la América Latina. Esta red giraba en torno a la figura del célebre hispanista Raymond Foulché-Delbosc [1864-1929], a quien algún día su hermano dedicaría un ensayo célebre. Por este último Ventura conoció a uno de los grandes expertos en literatura hispanoamericana de su tiempo, un representante singular de los estudios hispánicos en Francia, Ernest Martinenche [1869-1950]. Éste era a su vez amigo muy cercano de un hispanista de origen vasco-argentino que se había asentado en París; se trata de Charles Lesca [1871-1948].

Hacia 1910 Lesca era de oficio editor de libros y trabajaba intensamente en el ambiente editorial. Martinenche, además de estar interesado en la cultura y la literatura “hispánica” -que ahora llamaríamos más bien “iberoamericana”- venía de ingresar en 1907 en la docencia en la Universidad de La Sorbona de París; éste era para Martinenche el inicio de una larga y exitosa carrera académica de tres décadas como experto en temas españoles y latinoamericanos. En calidad de hispanista, Martinenche viajaría varias veces a lo largo de su vida a la América Latina, especialmente a la Argentina; junto con Lesca, fue incorporado como miembro de la Academia del Brasil. Ninguno era, pues, cualquier persona. Durante el periodo que va entre 1909 y los reacomodos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, ambos llegarían a ser verdaderas celebridades en el mundo de los lazos franco-iberoamericanos. Es comprensible que Ventura viera con entusiasmo la cercanía de Foulché-Delbosc y de su corte, que encontraba en él –al principio, sin duda a través de su hermano Francisco- un nexo privilegiado para su propia fama. De por medio estaba la amistad de José de la Riva-Agüero.
 
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