Datos personales
- Doctor en filosofía. Magíster en Historia de la Filosofía. Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía desde 1992. Crío tortugas peruanas Motelo y me enorgullezco de mi biblioteca especializada. Como filósofo y profesor de hermenéutica, me defino como cercano a lo que se llama "hermenéutica crítica y analógica". En Lima aplico la hermenéutica filosófica al estudio del pensamiento peruano y filosofía moderna. Trabajo como profesor de filosofía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; he trabajado en Universidad Nacional Federico Villarreal desde 2005. He sido profesor en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima hasta 2014. He escrito unos sesenta textos filosóficos, de historia de los conceptos, filosofia política e historia moderna. Tengo fascinación por el pensamiento antisistema y me entusiasma la recuperación de la política desde el pensamiento filosófico. Mi blog, Anamnesis, es un esfuerzo por hacer una bitácora de filosofía política. No hago aquí periodismo, no hago tampoco análisis político de la vida cotidiana- De hecho, la vida cotidiana y sus asuntos no son nunca materia del pensamiento.
jueves, 11 de agosto de 2011
Entrevista con Davide de Palma (II) /Sección inédita: Etnocacerismo y economía peruana
Etnocacerismo y economía
Entrevista con Davide de Palma (II) /Sección inédita
De la entrevista con Davide de Palma del 26 de julio de 2011
Víctor Samuel Rivera
Davide de Palma: Profesor, ¿cree usted que la situación de sufrimiento en las zonas rurales ha influido en la elección de presidente?
Víctor Samuel Rivera: Ollanta Humala se presentó como candidato a Presidente en 2006. Era el cambio mismo puesto en obra. Entonces estaba asociado a un movimiento político y social andino que se autodenomina “etnocacerismo” y que lideraba Antauro Humala, su hermano. Este movimiento sintetizaba y sintetiza aún de alguna manera las aspiraciones de los pueblos del interior del país, que han estado excluidos del sistema político de manera sistemática, al menos desde el inicio de la República (1821-1826). Lima está en la Costa; es la capital española de la región española del Perú. La Sierra, el resto del país, que es también la fuente básica de la riqueza del Perú a través de la minería, concentra también la mayor pobreza y abandono. Es un hecho histórico que hay dos perúes, uno liberal, blanco, de gente “de izquierda” frívola, llena de privilegios y ventajas, y que, productivamente hablando, genera lo menos; el otro Perú es andino, de gente religiosa, con profundos valores telúricos pero vacía en cambio de los beneficios de la riqueza y la tecnología. Ollanta representaba la emergencia de este segundo Perú, que en gran medida es el verdadero.
El Ollanta actual ha alcanzado el poder con un pacto con los sectores de los “señores” de Lima; es un costeño y no veo por ahora nada en él que me recuerde el etnocacerismo del que salió originalmente. Eso que llama usted “sufrimiento de las zonas rurales” es en realidad una insurgencia ontológica de la Sierra, que brota (sale de la Tierra como un fruto) y se hace Ande. Es el surgir desde la Tierra de una voz que truena. En el terremoto los andinos ven la presencia del Dios. Lo ven, pues, como Aquél que mueve y a quien, porque es el fonde que mueve, claman por quietud. Los andinos, cuando fueron cristianizados, asociaron el trueno con la presencia relampagueante de Dios, y al Ande, la Tierra arrugada y ambiciosa, la veneran ahora con las formas simbólicas de las vírgenes españolas. Las principales procesiones de todo el Perú están ligadas a la Tierra, son la presencia de la Tierra. Trueno y Tierra. Si Ollanta no oye esa voz a la vez andina y religiosa, que permanece aún excluida, no reconoce los votos que le han dado el cargo que ocupa.
Debo aclarar que no suscribo ni avalo diversos errores del etnocacerismo que no viene al caso citar ahora. Otra vez, hablo en términos que podemos llamar “metapolíticos” o bien de hermenéutica política, no en términos periodísticos o como “analista”..
Davide de Palma: ¿Cuál es la situación social y económica de Perú actual?
Víctor Samuel Rivera: En términos macroeconómicos, los especialistas sostienen que la situación del Perú es muy buena. Por lo general, la imagen pública de esta situación se enmarca con dos factores; el primero es un aumento sin precedentes del gasto común en servicios y un boom inmobiliario; el segundo es el aumento neto de las exportaciones peruanas, un éxito económico que se atribuye a políticas de arreglos comerciales bilaterales que se han ido teniendo en estos años con diversos países. Pero la situación del Perú no puede ser tan buena como se ve en los periódicos. No puede serlo. La Defensoría del Pueblo del Perú ofrece al público, por vía virtual, estadísticas de conflictos sociales, que se pueden estudiar y comparar año tras año. No es casual que estos conflictos se concentren en las zonas del Perú del trueno y la Tierra, el Perú del Señor de los Temblores, la imagen religiosa emblemática del Cuzco, antigua capital imperial de los Incas. Es más: los conflictos que llevan consigo muertes y movilizaciones de gran envergadura en la Sierra coincide con el “boom” económico. Cuando dos narraciones son paralelas en el tiempo es razonable sospechar una relación causal entre ellas, entendiendo por “causal” que la una tiene sentido o “hace sentido” con la otra. El Perú blanco y liberal crece; el otro se llena de conflicto y violencia. Ése es para mí el gran indicador y las estadísticas no me dicen nada que ayude a comprender esta situación manifiesta.
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