Datos personales
- Doctor en filosofía. Magíster en Historia de la Filosofía. Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía desde 1992. Crío tortugas peruanas Motelo y me enorgullezco de mi biblioteca especializada. Como filósofo y profesor de hermenéutica, me defino como cercano a lo que se llama "hermenéutica crítica y analógica". En Lima aplico la hermenéutica filosófica al estudio del pensamiento peruano y filosofía moderna. Trabajo como profesor de filosofía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; he trabajado en Universidad Nacional Federico Villarreal desde 2005. He sido profesor en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima hasta 2014. He escrito unos sesenta textos filosóficos, de historia de los conceptos, filosofia política e historia moderna. Tengo fascinación por el pensamiento antisistema y me entusiasma la recuperación de la política desde el pensamiento filosófico. Mi blog, Anamnesis, es un esfuerzo por hacer una bitácora de filosofía política. No hago aquí periodismo, no hago tampoco análisis político de la vida cotidiana- De hecho, la vida cotidiana y sus asuntos no son nunca materia del pensamiento.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Nuevos apuntes sobre la Lezione di Congedo de Gianni Vattimo
Del diálogo al conflicto
Nuevos apuntes sobre la Lezione di Congedo de Gianni Vattimo
Víctor Samuel Rivera
Universidad Nacional Federico Villarreal
Para una versión revisada en pdf en la Biblioteca de Pensamiento Político Hispánico Saavedra Fajardo haga click aquí
La Lezione di congedo (2008) es la última lección de Vattimo como profesor de la Universidad de Turín. Como última, el texto la presenta también como la “primera”. Ser “primero” es una expresión que tiene un doble sentido dentro de la tradición occidental. Lo “primero” es en principio lo más importante, lo más relevante, lo propio del ser. Es lo que llamamos lo “ontológico”. Lo onto-lógico es lo relativo al pensamiento del ser y que es por eso lo más importante. También es “primero” la marca de un inicio respecto de un segundo, un tercero, etc. En general, el pensamiento filosófico se ocupa de lo “primero” en la primera de las acepciones. Pero en la hermenéutica filosófica lo más relevante, el ser, es también lo primero en el orden del tiempo, que es un tiempo histórico. Hemos subrayado aquí la idea de “lo grandioso” o “lo temible” de Heidegger, que aparece como la experiencia en la historia. “Qui si racconta una storia” –escribe el filósofo de Turín- “si riassume un itinerario”. Recordemos ahora una vez más el título, pero en clave onto-lógica: “Del diálogo al conflicto”. Es fácil inferir que se trata de la primera lección sobre el conflicto, pero también es la afirmación de que el conflicto es un tema filosóficamente más importante, más fundamental que el problema del diálogo. A la manera heideggeriana, podríamos decir que el pensar del conflicto “es más originario” que el pensar del diálogo. Y también que es el pensar de lo más “grandioso”. El lector poco avieso llama la atención de que Vattimo declare más adelante que no se trata allí –cito- de “un processo logico” ni de un “sviluppo di concetti”. Pero, si no es un “proceso lógico” ni “el despliegue de unos conceptos”, ¿será la última lección académica de Vattimo una mera biografía? ¿Puede haber allí algo ontológico grandioso y “primero”? Lo hay. Con certeza que lo hay.
Para el que lee entre líneas la cuestión es sencilla. En la Lezione di Congedo no se trata de ninguna manera de una mera biografía, sino que, muy por el contrario, de lo que se trata es más bien y principalmente de lo más importante. De algo que se muestra en un “proceso lógico” y a través de un “despliegue de conceptos”. Pero, ¿qué conceptos? ¿El despliegue de qué? ¿Qué proceso? Lo onto-lógico, pregunta uno, ¿dónde está? Es fundamental la referencia de Vattimo al ensayo de Heidegger El Origen de la obra de arte (1935), en particular a su concepción de la verdad. Otros referentes importantes para este asunto pueden ser La época de la imagen del mundo (1938), la Carta sobre el Humanismo (1946) y el parágrafo 32 de Sein und Zeit (1927).
El texto propone, en términos generales, que hay que plantearse la pregunta por lo ontológico tal y como lo ha interpretado la hermenéutica misma. Esto implica una pregunta desde lo “lógico” hacia el ser. Implica también un cierto divorcio entre ser y lenguaje, que puede resultar alarmante para la interpretación más difundida de la hermenéutica a través de Verdad y Método de Gadamer (1960). Este divorcio operaría a través de la noción de evento (Ereignis). Para comprender esta afirmación debemos recordar que Hans-Georg Gadamer había escrito allí respecto de lo más importante que “el ser que puede ser comprendido es lenguaje”, esto es, que lo más importante es el lenguaje, el lenguaje entendido como una conversación en la que participamos estableciendo un diálogo perpetuo. Allí “lenguaje” y “ser” coparticipan en una esfera única, que en el fondo es diálogo. Pero Vattimo parece plantear la siguiente pregunta. ¿Qué tal si nos aventuramos fuera del lenguaje? ¿Qué tal si nos retiramos del diálogo? Entonces encontraremos el conflicto, con toda certeza. Pero esta afirmación está lejos de ser preteórica y banal, que es como aparece a primera vista. El punto es ahora cómo hacemos para “salirnos” del diálogo, como hacemos para ir donde el “ser que no puede ser comprendido”. Gadamer consideraba que esto último no era posible, y no sólo en un sentido puramente fáctico. Esta consideración es famosa por haber alentado la interpretación neokantiana y liberal de la hermenéutica filosófica que hace del diálogo una condición del hombre con reglas a priori.
Pero este lugar es oportuno para adelantar y desarrollar una idea central para entender a Vattimo. Si hay algo en que la filosofía del turinés difiere de Gadamer es en que el primero enfatiza el comprender antes que como una conversación, como una construcción cultural. Se trata de una idea que se halla en Gadamer mismo, por la cual una obra de arte se comprende como un código históricamente impuesto, que se refleja en las obras consagradas excelentes (Bestimmed). Ésta era una manera de reinterpretar el ensayo de Heidegger de 1935, al que se le quitaba sus originales referencias a la realidad histórica de Alemania. Pero no nos detengamos en esto. Un código de este tipo es a la vez comprensión y lenguaje, pero está muy lejos de ser adecuadamente expresado en la imagen de una conversación. En una conversación hay acuerdo o desacuerdo. En relación con el código de la obra consagrada –podemos agregar- lo que hay es excelencia (o falta de excelencia). El propio Vattimo da ejemplos de esto en su Lezione di Congedo: “Inaugurale in questo senso, possiamo pensare, è la Divina Commedia, Shakespeare, Omero, e anzitutto la Bibbia”. Son los grandes textos de las tradiciones culturales, de los que puede decirse todo menos que sean el resultado de una conversación. Ante todo, estos textos son marcas normativas, son parámetros de sentido y de alguna manera constituyen las tradiciones de las que proceden ellos mismos.
Lo que acabamos de ejemplificar con las referencias de Vattimo en Lezione di Congedo vale, por cierto, para el mundo de las artes representativas. Heidegger quiso aludir a una obra de cine, que para 1935 bien pudo haber sido “El triunfo de la voluntad” de Leni Riefenstahl. Gadamer se cuidó muy bien de indicar que había que hacer referencia a las formas institucionales, pero tratando de hacer distancia con la referencia anterior; por este motivo condujo la reflexión hacia las prácticas sociales tradicionales, ejemplo de lo cual son los ritos santos o las corridas de toros. Vattimo no olvida en Lezione di Congedo la referencia original de El origen de la obra de arte: “A la fundación de un régimen político”, esto es, a la institución que Gadamer había omitido y de la que la película de Riefenstahl es expresión. Pero, sea como fuere, la referencia más apropiada son las obras a partir de las cuales se genera prácticas interpretativas, como las obras de teatro o la música, en todas las cuales el sentido artístico se cumple en una realización, en una cierta actividad repetitiva que una comunidad hace una y otra vez, y que Heidegger refiere como “poner en obra la verdad”. Ahora bien. Puede notarse que, en las prácticas sociales rituales, el sentido de un código está en la interpretación, en su seguir un modelo. En este contexto la idea de una conversación es accesoria. La conversación puede ser aceptada como obra del intérprete, pero la norma de lo interpretado sólo funciona bajo la idea de que su contenido es no debatible, que no puede ser objeto de conversación. Podemos decir que es “santo” fenomenológicamente hablando. Frente a la santidad de los textos excelentes, las interpretaciones aparecen como derivadas y dependientes. Pero esto indica algo terrible: El texto eminente (Bestimmed) es autónomo respecto del intérprete. Esto quiere decir: hay un sentido en que el texto consagrado no dialoga.
Los códigos históricos, pues, en algún sentido que podría precisarse en otra ocasión, no dialogan. Podríamos decir que al modelo se le ruega, y no sería exagerado. Estamos ante un aspecto de la comprensión que en Vattimo aparece más o menos velado en el uso obsesivo de la noción heideggeriana de “evento” (Ereignis). Una “gran obra” de un código histórico se da a sí misma históricamente. Este darse nunca es una conversación. Es en realidad un acto de fuerza, aunque no siempre un acto de fuerza violenta. En tanto fuerza, es un simple acontecer, que se impone y exige. Un buen día de 1605 Miguel de Cervantes publicó El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha e impuso un código a España. No fue fruto de una conversación, pues de otra manera hubiera sido un producto consensual, sobre el que habría que dialogar. Lo que pasa en realidad es que el texto apareció y la lengua española debió apreciarlo y tomarlo como medida de ese día en adelante. Fuerza, pues, no es igual a violencia. Pero vayamos a Vattimo mismo. Todos los textos de filosofía política compilados en la última década contienen una imagen arquetípica de una construcción cultural en el ámbito político: Llega la Revolución Francesa y el Rey Luis XVI es decapitado. Entonces aparece una obra de arte consagrada, que es la modernidad política. En Lezione di Congedo dice que así habrían procedido los revolucionarios franceses, en “l’inizio ufficiale, nei manuali, dell'Età Moderna” “i rivoluzionari francese quando decapitano il re”. Está implícito que hay una obra de arte en decapitar al Rey Luis, pues ese crimen es un acto de fuerza que tiene vinculatividad histórica. Es “evento”. Fue temible y grandioso a la vez, como dan testimonio personajes como el Conde Joseph de Maistre o Madame de Staël, cada uno a su manera.
El esquema entero que acabo de esbozar como interpretación de la Lezione di Congedo atiende un razonamiento hermenéutico fundamental. Para la hermenéutica, esto que acabo de esbozar es un procedimiento para el preguntar filosófico que se conoce como “círculo hermenéutico”. Uno se pregunta por lo importante cuando lo reconoce como tal, cosa que ocurre cuando nuestra experiencia de lo importante se hace grandiosa o temible, esto es, cuando nos sentimos amenazados, que es más o menos la definición que da Heidegger de lo “temible” en Sein und Zeit. Algo terrible acontece y nos sugiere una hermenéutica que rebasa la esfera del diálogo. Esto es posible cuando se piensa bajo el parámetro del evento, esto es, cuando permitimos que nos hable aquello que no es debatible. No nos retiramos del diálogo porque el diálogo no nos interese. No está de nosotros hacerlo, y en eso la sentencia citada de Gadamer, de que “el ser que puede ser comprendido es lenguaje”, es sin más verdadera. Pero nos salimos del diálogo en una circunstancia: cuando la esfera del conversar nos resulta amenazadora o es grandiosa. Puede ser ambas a la vez, aunque en el caso de la muerte de Luis XVI sería más apropiado pensar en lo amenazador y en el de Cervantes y Don Quijote en algo grandioso. Es una tarea para los filósofos pensar si los diálogos pueden ser grandiosos, aunque nuestra intuición de hermeneutas nos sugiere lo contrario. Pero el diálogo puede ser amenazador. Puede adoptar ese carácter cuando no podemos fiarnos de él. Y esto último es acontecido, esto es, ha ocurrido en la historia humana. El diálogo es un tipo de filosofía política, cuyo acontecer es esencialmente la fuerza, la fuerza que amenaza, que para algunos puede ser –es posible- una fuerza grandiosa. Y cuando el diálogo ha devenido en temible, se ha impuesto la necesidad de interpretarlo. Y entonces aparece en orden de lo importante aquello que no dialoga, pero que es más originario que el diálogo mismo, el conflicto.
Caetera desiderantur…
Nota a los lectores: cualquier imagen de este blog tiene una función estrictamente estética. La obra de arte puesta en obra.
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29 comentarios:
creo que se te pasa la mano con las imagenes, o sea el texto es interesante, pero la gente se queda como que en las imagenes y no te favorece. aparte hay un libro que acaba de sacar la profesora Cecilia Monteagudo donde se interpreta eso que tratas al revés sobre la frase famosa de gadamer que tu aludes.
Estimado Cachorro II;
1. No quedarse con imágenes. Leer el post.
2. Me temo que no conozco el libro de la profesora que tú mencionas. Tal vez deberías ser más específico y darme la cita o algo así. De otra manera no tengo cómo contestarte.
Un abrazo,
VSR
en tu perfil mi querido victor samuel III, falta decir que eres amigo de pablo Tarazona, eso aumentará tus bonos.
Estimado Pablo;
Me haces sonreír. A veces aparecen lectores de lo más simpáticos. ¿Has leído la alusión a nuestras fiestas de toros en el artículo? Espero que me honres con tu lectura y no sólo con tu visita, que es bienvenida.
Un abrazo grande,
VSR
Estimado Víctor Samuel:
Es curioso. Ayer compré el ejemplar del libro de Monteagudo y de Tubino. Es reciente. Salió de imprenta hace unas semanas, exagerando. Quien te escribió debe estar en la cato.
Lo que me queda claro de tu escrito es que el diálogo es sólo una forma derivada de la comprensión. Además que el conflicto es anterior ontólogicamente que es diálogo.
Ahora bien. ¿Qué es el conflicto?
Saludos,
Ricardo.
Que piensa de este debate profesor:
Blogger Gonzalo Gamio dijo...
Hola Ricardo:
Creo que lo que ya he dicho de MacIntyre es suficiente para aclarar mi punto, y proviene de una lectura paciente de sus textos. Lo que dices aquí y en tu blog no constituye una respuesta en sentido estricto. Creo que tiendes a replicar sin hacer toda la digestión conceptual. Ni siquiera la cita de MacIntyre con Borradori es exacta.
Hay que tener paciencia: la reflexión y su ritmo es más importante que los debates. La precipitación es hybris.
Lo dicho sobre el agotamiento de la modernidad no está sostenido por argumentos, y lo de la relación entre pasado y presente tampoco. Demasiada convicción, y poco trabajo dialéctico; hay que detenerse en cada paso que se da. En realidad, tiendo a desconfiar de esa retórica con alguna resonancia de tipo "heideggeriana", pero que ya no es Heidegger (de hecho, Heidegger SI incorpora a Hegel en su crítica de la modernidad; eso le parecía DECISIVO, ver p.e., su curso sobre la "fenomenología" o su conferencia sobre el carácter onto-teológico de la metafísica publicado en "Identidad y diferencia"). Y toda la iconografía nazi y carolingia que la acompaña me da qué pensar. No me parece meramente "estética". No lo digo sólo por ti; me parece una constante en cierto conservadurismo que se sirve de motivos postmodernos.
Tus alusiones a Rorty como "el único liberal con dos dedos de frente" son osadas. Es inevitable que uno se pregunte si conoces las obras completas de Mill, Rawls o Berlin. Uno debe ser más moderado en sus juicios, y más consciente de las lecturas pendientes que se tiene.
Lo de la Nueva Atlántida, el progreso, etc., nuevamente es una simplificación de la modernidad (sólo ilustrada). Lo que se estaba criticando, precisamente. Lo de la hamburguesa y el helado tampoco es tuyo; ya lo escuché hace años de alguien que conoces, como un chiste, y ya entonces era una caricatura grotesca de la democracia. No vale como análisis, pues.
Saludos,
Gonzalo.
11 de diciembre de 2009 06:36
Blogger Ricardo Milla dijo...
Estimado Gonzalo:
No trato de refutar tu análisis de MacIntyre. Simplemente expongo lo que pienso de él.
"I am very close to all in Gadamer that comes from Aristotle; that wich comes from Heidegger I reject." MacIntyre
Bueno, ahí tienes la cita exacta.
Heidegger sí incorpora a Hegel. Pero lo importante no son sólo los autores sino el análisis de la modernidad.
Lo que hago en mi blog no es un análisis profundo de la modernidad.
Las ironías a la sociedad de consumo de esta forma lo hace Vattimo.
Lo de Rorty no te lo deberías tomar tan a pecho. Son alusiones y listo. No es algo literal. Mucho tiene que ver la retórica, que no es mera retórica. Cierto que hace falta más liberales. Pero Rorty era más coherente con el ideal liberal, a mi parecer. O los liberales clásicos. Berlin lo conozco muy poco, sólo por referencia de Dick Tonsmann, quien me lo recomendó leer.
La crítica al progreso viene de Heidegger y de Adorno y es recogida por Gadamer, Lyotard, Foucault y Vattimo. No es algo ilustrativo. Lo será para quien no conoce a estos autores. Pero inlcuso lo ilustrativo ayuda para la comprensión y no es algo que se debe tener a menos.
Saludos,
Ricardo.
11 de diciembre de 2009 07:48
Suprimir
Estimado Jesús;
Algunos apuntes:
1. De antemano, esta discusión no es mi discusión. Ignoro su origen y -como buen seguidor de Heidegger-no me siento "integrado" en un debate del que sólo conozco su "aspecto".
Yo no razono con lágrimas ni con fotos ni con videos. Esos elementos estéticos y emocionales son relevantes como medio de la comprensión. Lo importante es la comprensión de las lágrimas... etc., esto es, el "origen" y no su "aspecto".
2. Comparto la opinión del profesor Gamio respecto de que "Hay que tener paciencia: la reflexión y su ritmo es más importante que los debates. La precipitación es hybris". Espero que se aplique la misma fórmula para todos los demás interlocutores de un posible diálogo.
Acoto que Ricardo Milla es joven y suele ir muy rápido y es algo que creo él debería trabajar. Le falta moderación. Estoy de acuerdo. Pero su juventud no lo descalifica como interlocutor. La rapidez puede ir revestida de buena voluntad, de voluntad de diálogo. Si este diálogo se sostiene en el deseo de saber, tarde o temprano será coronada con la virtud.
De todos modos la rapidez en argumentar es un vicio. Pregunto ahora: ¿sería preferible el silencio? De ninguna manera. El silencio corre el riesgo de ser admiración por lo común, de doblar la rodilla ante lo que el poder (en este caso, lo que la ilustración significa: el poder capitalista y el pensamiento único) podría querer imponernos como "verdad". Y en esta última consideración, no puedo ser más leal al espíritu de Heidegger. Rodillas dobladas sólo ante lo que es santo. En el pensamiento no hay dioses, sino argumentos.
3. ¿Heidegger "incorpora" a Hegel? ¿En qué? Hegel creía en la modernidad, la "libertad" y la preponderancia de los valores revolucionarios como el sentido de una historia unitaria cuyo centro es la Ilustración. Heidegger creía que la modernidad era la imposición histórica de un tipo de violencia metafísica, que la "libertad" ilustrada era una forma de dominación globalizada y que los valores revolucionarios eran nihilismo. Lo que Heidegger pensaba de la Ilustración es lo que debe servir de parámetro para decir cuánto "incorpora" o no a Hegel y en qué sentido.
4. Sobre "toda la iconografía nazi y carolingia" de algunos blogs (por ejemplo, el mío). Creo que tenemos todos un derecho a la belleza. Creo que esa belleza no debe tener límites. Que no podemos vivir pegados al significado moral del pasado (leer a Todorov). Es mi caso, al menos, el uso de toda clase de imágenes es concebida como apelación al monumento. Esto es: como verdad que se invoca a través de los referentes de la historia. En este sentido, un blog con videos y colores pretende ser una "instalación", o sea, es una puesta escenográfica con fines orientados a la persuasión y la comprensión.
Uno puede interpretar las obras bellas en clave moralista, o en clave conceptual. En el segundo caso son auxiliares de la comprensión. En el primero lo son de la prédica. Y si algo no hay en mi blog, es prédica.
5. Respecto de la "crítica al progreso" y sus fuentes según Ricardo Milla, no podría mi buen, rápido y joven amigo estar más cerca de la verdad.
6. Reirse de la modernidad identificándola con sus banalidades, con sus alimentos aberrantes, con la vulgaridad del consumo de masas es un lugar común al que me pliego gustoso.
Yo no como hamburguesas ni helados para no tener que reirme de mí mismo. Pero -acoto- voy al cine muy seguido a ver chatarra norteamericana. Wittgenstein lo hacía.
VSR
Estimado Ricardo;
Te agradezco que me hayas dado más pistas sobre el misterioso libro al que Cachorro II (¿?) hizo alusión más arriba. Como continúo sin conocerlo, no ubico la referencia exacta, y no puedo contestar. Supongo que debe ser una interesante compilación de trabajos especializados en hermenéutica. Si es así, se trataría de una joya en nuestro medio.
VSR
Estimado Víctor Samuel:
Leeré el libro porque me lo he comprado. Sabes lo mi tesis y demás y es bueno tener material de mis profesores. Siempre ayuda.
Veré que tal y te aviso.
Por otro lado, ¿me permites colocar esa respuesta tuya en mi blog como un comentario a mi último post? Espero que sí. Igual lo estoy haciendo ahora mismo. Jaja. Está muy buena tu respuesta. Ojalá ese señor Pacheco cuelgue tu respuesta en el blog de Gonzalo. Sería lo justo. Porque va dónde ti a llevarte como que chismes... En fin.
Saludos,
Ricardo.
Veo que Milla me ha mencionado en su blog. Quiero aclarar que no soy ningún enviado ni nada parecido de nadie...
hablo porque me gusto.
Pero cumpliré el deseo de milla y colocare su respuesta señor profesor en el blog de gamio.
¡Qué belleza! ¡Qué admirable video!
Estimados lectores;
Me congratulo de que el video ilustrativo sea de su gusto, pero el video no es el significado de este post. Les sugiero no olvidar que el video no habla por sí mismo, sino que da contexto afectivo (con todo deseo provocador) para estimular el interés en el texto al que acompaña. Ese estímulo afectivo es "explosivo", y genera una atmósfera polémica, pero es el efecto deseado si se lo vincula con el contenido de la argumentación del post. Por ejemplo:
1. Con la idea de que el pensamiento es análogo a la puesta en escena de las artes representativas (de las que los filmes nazis eran ejemplo para Heidegger).
2. Con la idea de que la concepción de la verdad en la hermenéutica implica un momento de fuerza, un momento no dialógico fundante que se experimenta en los sentimientos de terror o grandeza.
El video explica ambos puntos.
Me gustaría más observaciones respecto del texto y menos sobre las artes decorativas de Anamnesis.
Igual agradezco las frases de aliento.
VSR
Hola. Con el afán de enviarle un correo que contenga algún comentario a lo leído en su blog, fue que me introduje, otra vez, en mis libros de cuando estudiaba lógica matemática y Algebra de Boole. Esa materia la estudié gracias a una beca que gané para viajar a Dallas, Texas en la Firma Collins Radio (hoy absorvida por algún gigante de la electrónica) en el año 1978.
Le contaré que mi especialidad estudiada en la MGP es la de técnico electrónico; antes de eso primero estudié telegrafía. Bueno, a los que estudiamos telegrafía nos llaman locos (casi universalmente). Por eso de estar con el Alfabeto Morse en los oídos´.
Si a nosostros nos llaman locos, digo, ¿qué se le puede decir a un filósofo? ¡Oiga! me parece que están recontra rematados. Bueno. Siguiendo con el intento, chapo mi antiguo libro y me doy de bruces con:Sócrates : "Lo que Platón está a punto de decir es falso". Platón: Sócrates acaba de decir la verdad.
La paradoja lógica que se remonta al tiempo de Aristóteles, a mí en lo particular casi me da conmoción cerebral. La paradoja: ya que si Sócrates dijo la verdad, entonces la declaración de Platón debe ser falsa. Si la declaración de Platón es falsa, entonces Sócrates no dijo la verdad; así ad infinitum.
Mi estimado Víctor Samuel, sabe, tengo 75 años de edad y mi cerebro todavía está en su lugar. Tratar de entender los vericuetos del pensamiento me dá chucaque. Me agradaba leer sus artículos periodísticos. Ahora que renuncia Ud. a escribir digo que es una pena y un desperdicio. Además me extraña que los que saben escribir desaparezcan, de pronto, de las páginas de los diarios. Me pregunto ¿porqué será que no está tal o cual señor periodista en algún diario? ¿chocan sus ideas con la de los propietarios? Eso puede ser me respondo; pero no a ciencia cierta. No tengo la profesión de periodista por lo que supongo no me dan cabida, aun cuando estuve casi
un año en tiempo del que lo sucedió en la jefatura editorial. El señor Plinio Esquinarila
igual se borró o lo borraron, no sé.
Ya ve.
Trataré en lo posible y de a poquitos, como cuando se quiere ingresar al mar y el agua está casi helada, leer lo publicado en su blog y alcanzarle un comentario.
Un abrazo
Estimado señor Berdejo;
Disfruté su comentario. No se reviente el cerebro inútilmente.
VSR
Hi!
En los blogs de los liberales se ha soltado la idea de que los postmodernos son incoherentes si adoptan un talante retardatario, como seria su caso (hay más casos, es endémico?), ahora mi pregunta es si usted se considera retardatario o reaccionario y como lleva ese asunto, le pregunto porque hay una corriente poderosa de heideggerianos democratas.
No lo molesto mas.
He querido dar una respuesta y una que otra apreciación acerca de lo leído en su blog pero me he enredado. Es como si hubiera querido internarme en la jungla desprovisto de botas, casco, pistola o machete.
Estimado Héctor;
Bueno verte por acá de regreso, siempre con tus noticias cáusticas. Mira: Todos los posts de "lezione di congedo" explican lo contrario de lo que se rumorea en el mundo liberal. Como la "lezione" es de Gianni, y he colocado citas expresas que refutan lo que se rumorea, no hagas caso a los rumores.
Los rumores son la antesala del ser.
El que conoce la casa, obviamente va más adentro.
Mucha gente escribe sobre lo que no conoce. Sobre Donoso, sin poder enumerar sus libros; sobre posmodernidad, sin haber dado testimonio de haber leído nada al respecto. Sobre los reaccionarios posmodernos, a quienes nunca les dan la chance de leer sus trabajos antes de criticarlos. Mala costumbre la de hablar sin saber.
Feliz Navidad.
VSR
Estimado señor Berdejo;
¡Ha comprar machete!
VSR
Prof.
El prof. Gamio no me deja publicar en su blog. Qué injusto.
Estimado VS:
Pondré en mi blog un comentario que hice a Gamio. Y como ya han hecho copy/paste en mi blog, yo haré lo mismo... jajaja.
En verdad hablan sin saber. Imagínate: ¡Carlos Pérez ahora es un especialista en reaccionarios como Donoso y De Maistre! Qué absurdo. Es como si yo fuera especialista en Hegel, pues...
Saludos,
Ricardo.
Víctor Samuel;
no sé quien será este señor Pacheco. Quizá Gamio hizo bien en no publicar su comentario. Creo que es alguien que quiere ponernos en contra. Como fuere, te dejo un comentario que Gamio no me publicó porque -como es normal y comprensible- quiere favorecer a los suyos.
Le dije esto a Gamio:
Hola Gonzalo:
¡Qué Carlos Pérez conoce a los reaccionarios! No hagas esas bromas Gonzalo. Eduardo Hernando Nieto y Víctor Samuel Rivera son autoridad para hablar de esos temas en nuestro medio "criollo" (sic), no nosotros. ¿Qué has leído tú, amigo mío, de De Maistre, Donoso, etc.? Pérez sólo conoce lo que le enseñaron Eduardo Hernando Nieto y Víctor Samuel Rivera (y quizá una que otra lectura más, pero ¿quién le prestó sus libros de De Maistre? ¿por quién lo conoce? ¿es agradecido con ello? Caso aparte). Como en fútbol, y como diría alguna vez Charlie, acá falta pago por formación. Jajaja. ¿Y qué sabrá sobre posmodernidad? Por favor. Gonzalo, alabar sin fundamentos es pura palabrería. Tú mismo me lo has dicho.
Lo dicho por Charlie y Erich son aportes, no dogmas irrebatibles. Me consta lo que dices sobre sus conocimientos y son muy importantes sus aportes. Creo que son conscientes de que están en diálogo y no una lección para nadie. ¡Cómo si el conocimiento fuera una competencia de dar lecciones! Eso es más propio de una monja que de un pensador. Un poco más de apertura al conocimiento Gonzalo.
Como siempre: encantado de participar en tu blog, a pesar que tú no lo haces ni en el mío ni en el de los filósofos antes mencionados ni en La Coalición. Como buen liberal eres libre de ello. Pero... ¿cómo quieres dialogar con nosotros "reaccionarios" (ojo: yo no lo soy) si no vas a nuestros espacios a dialogar?
Saludos,
Ricardo.
PD: Espero que no tomes a mal estas palabras y no pegues el grito al cielo. Ya sabes como es mi personalidad y debería divertirte :) felices fiestas y que Dios te bendiga ;)
A mis lectores esmerados;
Esta línea de comentarios se ha abierto para conversar sobre los argumentos e impresiones de mi post. Mi post incluye reflexiones relativamente complejas de hermenéutica filosófica, algunos enlaces, varias fotografías y un video (en alusión al cine nacionalista de Alemania y el soporte político al que servía en una época que es relevante para interpretar el texto). Entiendo que hay debates en otras áreas de la blogósfera que pueden estar inspirados en mi aporte. Me alegro de que así sea en tanto enriquece y da una dinámica a la vida académica local.
Sobre Carlos Pérez, considero que es un joven profesional talentoso y que no debería desestimarse ligeramente sus opiniones. Ya es otra cosa si yo las comparto o no.
Este post es parte de una serie sobre ontología hermenéutica e interpretación política. Presuponen un punto de vista "reaccionario". Pero el sentido de qué se entiende aquí por "reaccionario" depende de la ontología de la historia de Vattimo. Me temo que muchos que critican el pensamiento "reaccionario" lo interpretan con ejes de otra naturaleza, que son ideológicos, no filosóficos. Criticar la academia con un vocabulario no especializado es una mala práctica en filosofía, que yo deploro y desapruebo en cualquiera. Les suplico a mis lectores que lean sobre lo "reaccionario" y la posmodernidad "Eritis sicut dii" y "Nueva koiné", que están disponibles en la banda lateral.
Un abrazo.
Hola.
Si algo he aprendido en la vida es que el conocimiento es demasiado valioso para hacerlo circular. Al menos es como para no hacerlo circular demasiado.
Lo siento por el comentario cortado, pero creo que hay que incluir la moderación entre nuestras virtudes académicas.
En lo personal: Hay profesores que me acusan de las maldades más inverosímiles sin haber leído nada de lo que escribo. Son, por lo general, profesores que ellos mismos no son lo suficientemente seguros de sí mismos para escribir nada. Se aseguran de su nulidad anulando al que sí escribe o trabaja, esto es, no con argumentos, sino agraviando al hombre. Es como argumentar que Kant y el liberalismo son falsos porque el de Koenigsberg era un enano amargado y horrible. Tratemos de no caer en ese nivel, que si a algo le quita el honor es al conocimiento.
Un abrazo.
Me parece bien.
Estimado Víctor Samuel;
Ayer me encontré con un antiguo amigo superpositivista y le estoy dando vueltas a algunas ideas sobre racionalidad y Derecho para algún otro post aparte del que amablemente ha publicado la Coalición.
¿Recomiendas algún autor para investigar lo que ha sido del curso de las críticas, positivas y / o negativas, a las contribuciones de la filosofía analítica? Parece a veces tan desconectada de tantos asuntos de interés humano, y a la vez un poco altiva, por los niveles de formalización en curso entre sus investigaciones, por lo demás admirables.
Saludos,
Nureddin
Siempre he manifestado mi simpatía por este Blog, creo que es un espacio donde la mística se hace real en nuestras vidas y podemos tener una experiencia trascendente; las imágenes me parecen buenas y el simbolismo perfecto. Felicidades profesor usted está cumpliendo una labor histórica y la providencia saber guiar siempre a sus hijos, y siempre menguar el peso y presión de los ajenos.
un abrazo.
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