Daniel Salas
Víctor Samuel Rivera
1. Yo soy doctor en filosofía, un grado que no me ha sido regalado por nadie, que me ha costado un esfuerzo muy grande, mi plata y mi trabajo. Mi tesis de doctorado es disponible en internet y por ella obtuve la mayor calificación del jurado de tesis, formado por académicos, con excepción de uno, cuyas ideas no se parecen (absolutamente) en nada a las mías. Lo que escribo, tanto en publicaciones locales como extranjeras, regularmente pasa por la evaluación de un jurado de pares ciegos o es revisado por un comité científico. No se me publican las cosas a mí por afinidades ideológicas, por amistad, porque esté de parte del bando verdadero o vencedor o del dueño de la universidad, por relaciones de parentesco u otros medios no lícitos en el mundo de la academia, algo que no puedo decir de las no pocas personas que, en este país donde vivo, critican mis ideas.
2. Tengo ideas. Mis ideas no son del gusto de todos, y no las escribo o desarrollo en ensayos para ser popular y para que los demás me amen, sino para seguir mi responsabilidad como filósofo. Debo agregar lo siguiente: Mis ideas, cuando están en una publicación académica, regularmente van acompañadas de un copioso aparato crítico, es decir, de un cuerpo de argumentos probatorios, que suponen un inmenso trabajo y una dedicación esmerada al conocimiento, algo que, dicho sea de pasada, no puedo decir de los que me critican y que, además, curiosamente, parecen tener como las más interesantes de sus propias “ideas” las mismas que podría leer yo en los diarios Perú.21 o Correo, esto es, las ideas que cualquier persona tiene y que, por lo mismo, no requieren de aparato crítico ni soporte argumental y que, por lo mismo, o no son conocimiento, o al menos no parecen serlo.
3. Mientras otros se dedican a investigar la vida personal de filósofos a los que no leen, y si los leen, no los entienden (y bien sabe Dios en mi caso que lo que escribo se entiende, pues es la opinión de los pares del mundo al que yo pertenezco), yo me dedico a estudiar y a escribir. Llevo a cabo una jornada diaria de cuatro horas exclusivamente a esa tarea desde hace 20 años, de lunes a domingo, inclusive. No me alcanza el tiempo por lo tanto para ocuparme de qué dicen, hacen o qué fotos de su escritorio tienen otras personas. En internet detesto el chismorreo, la vulgaridad y la obsesión enfermiza que tienen algunos por pegarse a los seres humanos concretos para dañar
los. Pienso en eso y veo una patología. Alguien obsesionado en la vida de otros parece no tener una vida propia de qué ocuparse. Veo lo que ha hecho Salas en esa parte del ciberespacio que no frecuento y me sorprendo de cuánto tiempo le sobra para meterse en la vida de los demás. Si yo fuera Salas, me dedicaría a trabajar.
4. No importa qué opiniones estrambóticas me atribuyan Salas y los otros dos personajes que sé –pues no vivo en la Luna, Salas- que han hecho acopio de material para la agresión perpetrada el día de los Reyes (un día muy bien elegido, no puedo negarlo). En mi caso, hay suficiente material académico disponible en la web como para que un lector cualquiera pueda informarse de qué pienso con sus propios ojos. Pero si hace falta ayudar en algo a ese propósito, viene la siguiente reflexión.
5. No es para nadie oculto que sigo lo que los españoles llamarían “una deriva” de la tradición de la hermenéutica nihilista, aunque preferiría mejor llamarla como lo hace Vattimo ahora, “ontología del evento”. Soy un heterodoxo de Gianni Vattimo y, a través de él, de Hans-Georg Gadamer y Martin Heidegger. No puedo dar fe de que Salas entienda algo sobre hermenéutica, de nihilismo ni de evento ni de nada de nada en general, que yo sepa. Pero el hecho es que la antedicha es la filosofía que yo corrientemente practico. Tengo una interpretación particular de ella, pues la vinculo a los pensadores de la Escuela Teológica, en especial al Conde Joseph de Maistre, algunas de cuyas obras originales del siglo XIX me ha obsequiado Vattimo mismo, aunque las deplora. Nunca he ocultado esta interpretación, que en el lenguaje de Vattimo se llama “tono apocalíptico” o también “arcaísmo”. La he hecho manifiesta en mi ensayo “Pensar desde el margen”, incluido en el libro Ontología del declinar, publicado por Biblos en Buenos Aires en 2009 y que coordiné con Daniel Leiro (Argentina) y Carlos Muñoz (España), que ha tenido segunda edición y se puede comprar aquí en las librerías. Hay otros textos que sería largo enumerar. En este blog hay acceso en pdf a mi “Discurso” sobre la Lección de despedida de la enseñanza de Gianni Vattimo (2008) en el libro de Teresa Oñate y Daniel Leiro (entre otros) Compromiso con el espíritu actual (2010). Ahí hay un resumen de qué pienso que recomiendo al lector, y que Salas debería leer para documentarse antes de pretender enlodarme.
6. Salas debe leer antes de juzgar. O bien aprender a leer, para verle la parte profunda a los textos, y no la superficial, pero vivimos en un país donde la inteligencia lectora es escasa y el de Salas no sería un caso muy raro de incompetencia lectora. Otrosí. Salas no debería sustraer fotografías de mi cuenta personal de Facebook, un acto que debería avergonzarlo. Pero, en fin, no estoy seguro de que Salas desee comprender nada, si es que acaso puede.
7. Políticamente soy antiliberal. Lo he sido desde chico. Así soy, así publico en revistas de nivel Scopus y nadie juzga por eso de mí nada malo, pues es mi derecho pensar lo que me dé la gana mientras se guarden los estándares de calidad académica y solvencia profesional. Claro, eso es en el mundo al que yo pertenezco. En otros mundos manda si pienso igual que mi jefa, que está dispuesta a publicarme hasta un estornudo si soy del bando “correcto”, pasa que si adulo al funcionario universitario Tal y Tal consigo la beca. Pero ése mundo es muy otro del mío, Salas. Para terminar con este punto: Creo que el liberalismo es el mal más grande que ha acontecido a la humanidad y que en un sentido metafísico, es la consumación del Occidente, esto es, su autodestrucción, que es a ojos vistas, además.
8. Escribo o he escrito artículos de hermenéutica política, varios de los cuales dedicados a la violencia política e impresos en lugares dignos, donde recomiendo a Salas mandar sus trabajos académicos, en caso de tenerlos, cosa que desconozco totalmente. Escribir sobre violencia no significa que uno sea violento. Hay un libro de Zizek relativamente reciente dedicado al tema, que se titula justamente La violencia y de su lectura no se desprende que Zizek sea violento, o haga apología de lo violento (como si fuera un periodista del ciberespacio en un lugar donde mis pies no pisan). Hay que estar tocado por un espíritu maligno para deducir que, puesto que uno se interesa en la violencia social, uno la desea. En realidad, por más vueltas que le doy, no me cabe en la cabeza cómo alguien puede razonar de manera tan precaria y, lo que es peor, tener la suficiente falta de sentido como para exhibir su propia deficiencia haciendo panfletos contra personas que hacen lo que él no puede: pensar.
10. Creo que queda claro para cualquiera que lea en mi blog artículos de hermenéutica política que yo, como cualquier persona sana mentalmente, no suscribo la violencia, pues de lo contrario no me dedicaría a la filosofía; pienso en la violencia como un profesional comprometido dentro de su línea de trabajo, que es la ontología del evento. Creo, más bien, que todo el que ofende, tergiversa con mala intención o malbaratea el nombre y la dignidad profesional de alguien que trabaja, ése sí que es un violento desbocado, por lo que habría que enmarrocarlo y darle la suerte que John Rawls destinó para San Ignacio de Loyola y Federico Nietzsche. Pero qué sabrá Salas de “Rawls” y “Nietzsche”; es caso perdido.
11. Salas: nada te he hecho, ni nadie, creo, para que uses miserablemente un tiempo que debería serte precioso, pues ya estamos camino de la vejez, en agraviar y dañar. Deberías disculparte ante las personas cuyo nombre has tomado para hacer escarnio y retirar ya mismo todas las idioteces que has colgado en alguna parte del ciberespacio el día de los Reyes. No vaya a ser, ¡Virgen Santa! (¡Dios no lo quiera!) que Alá o su santo Profeta tomen cartas en el asunto en tu mesa de redacción una noche de éstas pues lo divino, según parece hoy, desde el Pakistán hasta Nigeria, desde Yemen hasta París, está regresando para quedarse. Muy a pesar, debo decir, de los que creen que ser libres les da el derecho de joder a la gente trabajadora y honrada.
12. Regreso ahora al mundo al que pertenezco, el lugar donde se evalúa el conocimiento y la dedicación, luego de haber hecho el favor de bajar al mundo de otros, el del chismorreo y la calumnia. Mucho agradeceré a Salas y compañía que usen el resto del tiempo que Dios les conceda de vida en hacer algo positivo, pues algo habrá para ustedes aparte del chiste, y agradeceré doblemente que no me hagan a mí más perder el mío.
1 comentario:
Muy buena respuesta a este gordo mediocre y poco simpático (como para que se vea que siempre hay excepciones a las reglas). Lo peor de todas estas personas es que, con sus estupideces, obligan a personas valiosas a perder su tiempo respondiéndoles
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