Charlie Hebdo
Irrupción del evento en el nihilismo cumplido
Dr. Víctor Samuel Rivera
Miembro de la Sociedad Peruana de Filosofía
Parece existir un ámbito hermenéutico que
alberga la clase de violencia con la que los europeos no desean comprometerse, la
religiosa, un punto que, teniendo sus efectos en el mundo del nihilismo
cumplido, puede ser tan metafísicamente activo como él.
Si los europeos no van a la santa cruzada es porque el nihilismo activo se ha
impuesto como horizonte de mundo; uno debería esperarse que los chistes
satíricos de los periódicos antirreligiosos fueran siempre para todos, para el
hombre de las habladurías, ocasión de una gran risa. En un mundo nihilista no
debía haber lugar para la indignación, la ofensa o el dolor cuando se mancilla
algo que alguien considera sagrado. Y
de hecho no lo hay. El Papa jamás se ha quejado de Charlie Hebdo, cuyos crueles chistes contra el sacrificio de la
misa no han merecido jamás comentario alguno, al extremo de que podemos decir
que es una verdad social europea que la religión no constituye un sentido, ni
siquiera para los cristianos mismos, pues, como se ve, ni el Papa ha mostrado
jamás inconformidad con que el dulce nombre de Jesús aparezca entre las más
curiosas aberraciones, cuyas imágenes pueden verse por internet. Muchos curas
de Francia se solidarizaron con Charlie
Hebdo, algo que es muy humano
pensando en el personal de la revista ejecutado el 7 de enero, aunque esos
mismos curas, en fidelidad al Papa, jamás se sintieron afectados por las
sátiras contra realidades que pregonan ellos mismos como santas, lo cual
muestra la pertenencia de ellos mismos al nihilismo. El sangriento final de Charlie Hebdo movilizó días después,
junto a más de tres millones de personas en Francia, a los jerarcas civiles de
los Estados liberales europeos, e incluso al Rey islámico de Jordania, que al
parecer debe tener un sentido del humor increíblemente divino.
El hombre del mundo ordinario de Sein und Zeit es
también aquél cuya experiencia común y el sentido de cuya vida es la ausencia
de movimiento, es decir, que nada acontezca, que es lo mismo que decir que nada
altere, se apropie de la atención del hombre de ese mundo. Es el mundo de la
metafísica porque tiene sus características de quietud, y es el mundo burgués
pues éste se ha fundado en la metafísica, y es su efecto histórico, en el
sentido que esta expresión se usa en la hermenéutica filosófica. Y, aunque
parezca increíble, al menos desde el punto de vista de las significaciones
históricas y sociales, es una clase de mundo que los propios nihilistas del
siglo XIX hubieran querido instalar: un mundo sin historia, como al parecer,
como Vattimo reconoce, Nietzsche mismo pensó.
Vattimo, en referencia a ese mismo mundo por parte de Heidegger, llama a esta
situación donde no pasa nada, donde no hay sentido, y por ello, donde el
nihilismo se ha consumado como una realidad histórica, “falta de urgencia”;
sobre la base de esta idea de que acontece un mundo con “falta de urgencia” que
ha articulado, con Santiago Zabala, un libro en 2011 que estimula el movimiento
social como tarea filosófica.
Sea como fuere, no puede, después del episodio Charlie Hebdo, decirse que se vive en Europa en un mundo de “falta
de urgencia”. Tres hombres, o Alá o su santo Profeta lo han hecho “moverse” o
han generado una revolución, que es como describe esta clase de situaciones
hermenéuticas el Conde de Maistre.
Tres millones seiscientas mil personas se “movieron” en toda Francia bajo el grito
unánime “Je suis Charlie Hebdo”,
acompañadas por el Rey de Jordania, que se movió sin duda desde muy lejos. Esta
idea de ser movido frente al mundo social inmóvil puede y debe ser interpretada
en términos de evento. A partir de las referencias al evento de Heidegger en la
tardía conferencia Tiempo y Ser,
Vattimo trató ese concepto como una interpretación dinámica a la vez que
histórica de la ontología, que hace del pensamiento del Ser también su
acontecer como una suerte de hablar para el hombre que remite mensajes desde su
procedencia. Estos mensajes no son, como en Heidegger de Tiempo y Ser, meros mensajes para “pensar”, sino que son
pensamiento del Ser,
vale decir, realidades sociales efectivas que no son el resultado de
“pensamientos” del hombre, sino realidades que dan qué pensar porque conmueven,
“se apropian” del hombre y lo obligan pensar, pero también lo mueven en el
sentido literal en que tres terroristas han movido al mundo.
El
mundo del nihilismo consumado ha sido movido por Alá, o por el santo Profeta o,
lo que sería aún más increíble para el hermeneuta, por tres terroristas humanos
que no son nihilistas activos. Lo inmóvil, el chiste interminable del mundo de
las habladurías, fue sacudido. Cuando un
universo social cualquiera cuya naturaleza es la re
Es curioso que los europeos se indignen mucho
cuando se vulnera el derecho de los animales, sobre cuyo dolor es difícil
imaginar una tira cómica. Están dispuestos a ir a la guerra santa contra el
resto de la especie humana por las ideas que Kant tenía sobre el “Hombre
universal”, que
se han vuelto entretanto sus propias ideas públicas y corrientes, para cuya
suscripción no hay sino que leer periódicos o reírse en gacetas. Es interesante
que el Hombre universal no pueda realizar atentados terroristas con sus propias
manos, pues es notorio que el Hombre universal, el hombre en cuanto tal, sólo
acontece en el mundo histórico como un lenguaje. Pero ese Hombre no es pacífico
en absoluto, pues tiene portadores; su portador es aquel que piensa de sí que
él mismo es universal. Y por ello el
Hombre universal hace la guerra terrorista como parte de la agenda del nihilismo
activo en todo el orbe de la Tierra, que es el alcance de la geografía
hermenéutica de este Hombre, y hace vigentes así sus derechos políticos y los
realiza. Ese Hombre, cuya imagen no conocemos –como ha notado el Conde de
Maistre desde que ese Hombre fue inventado por la Ilustración-,
ha devenido históricamente, entretanto como ya sabemos, en el hombre de la
experiencia del mundo ordinario de Sein
und Zeit y se ha hecho la experiencia del hombre de la calle. Para él no
hay nada extraordinario ni importante en su propio terrorismo, que tiene las
características de su mundo ordinario; es parte de un conjunto de acciones que
hacen la vida sin sentido del nihilismo más agradable y segura, más “estable”,
como se acostumbra decir en el lenguaje de la filosofía política anglosajona. Llaman
a su régimen de terror desapercibido “guerras humanitarias”, y se entretienen acosando la experiencia religiosa de sus habitantes, católicos
o musulmanes.
Es conocido que el nihilismo en general es un
fenómeno histórico que surgió en el siglo XIX, y que los primeros nihilistas
eran activistas cuya agenda consistía en acelerar la historia social, que ellos
creían correspondía a un sentido unidireccional universal que podía ser anticipado.
Es evidente que reconocieron esa intervención humana en la aceleración histórica
como una violencia, pues el trabajo de los nihilistas era el terrorismo, el
asesinato selectivo y a veces gratuito de los personajes que constituían el
símbolo de la vida social de sus actuales. Eran tiempos en que el nihilismo
activo consistía en balear a una reina en un tren y no en hacer meros dibujos chistosos,
aunque los hubiera. Pero también eran los tiempos en que Bernardette podía ir a
Santa María de las Victorias de París a implorar la intercesión de San Miguel
Arcángel, rezando el Confiteor Deo
omnipotenti. La actividad terrorista del nihilismo encontraba y realizaba
su propio sentido histórico en la destrucción del mundo de Bernardette. Charlie Hebdo pudo hacer divertidos
dibujos sobre lo santo gracias a una realidad: el 3% de franceses que va a misa
y los 5 millones de musulmanes que adoran a Alá y veneran al santo Profeta.
Como nihilistas activos sólo logran su objetivo gracias a estas minorías que
están allí para hacer escarnio de ellas. Pero esto tiene un significado
metafísico: la experiencia del nihilismo hacia el fin de la metafísica no es el
fin de la historia. Y el terror de los nihilistas, gracias a Charlie Hebdo, sabemos ahora puede
llegar a ser el terror de lo santo.
El 8 de enero de 2015 Charlie Hebdo apareció en las primeras planas de los diarios
serios, pues hubo 12 muertos en sus oficinas. Alá y el santo Profeta
aparecieron a su lado.
Caetera desiderantur...
PD: Puesto que no todos mis lectores son filósofos y se van a fijar más en las imágenes que en los textos, ruego de corazón a las personas creyentes en cualquier religión disculpen el haber reproducido los execrables dibujos blasfemos de Charlie Hebdo, pero de otro modo las cosas no quedan tan claras como debe ser. Y para los que juzgan el pensamiento por imágenes (al carecer de las herramientas para argumentar o, qué digo, para entender) vean bien las imágenes y diviértanse con ellas, que es lo que espero de esa gente.
2 comentarios:
Bismillahi Rahmani Rahim. Hola Víctor Samuel. Ciertamente se marca un capítulo en la historia del nihilismo. Apunto aquí algunas de las palabras de un artículo escrito sobre la extrañeza en Occidente ante comportamientos de mundo islámico como por ejemplo las caricaturas. Algunas de las cosas que se señalan, rozan o tocan temas directamente mencionados en tu artículo. El autor no es filósofo, pero sus reflexiones pueden servir como complemento a la lectura filosófico que has hecho.
De:
http://mohamedghilan.com/2012/02/13/why-are-muslims-so-serious-about-their-prophet/
Cito solo el inicio, dejo el resto al interesado:
One of the most bewildering things for non-Muslims, especially in the West, is the utter less than zero tolerance of Muslims for anything that could be deemed as disrespectful towards the Prophet Muhammad ﷺ. What makes it more puzzling is the generally somber reaction a non-Muslim would receive if they made fun of a Muslim’s background or heritage when it is taken in relation to the reaction received when it is about the Prophet Muhammad ﷺ. In a culture where nothing is sacred, and everything is open game to be ridiculed, the permissibility of all of which falls under the banner of freedom of expression, the “extreme” Muslim reaction to any derogatory remarks about the Prophet Muhammad ﷺ is difficult to comprehend.
This Muslim reaction is typically attributed to either their supposed intolerant religious teachings towards the other, towards freedom, or towards the West. Their seriousness is considered to be unwarranted, and furthermore they are told they just have to accept that what they hold sacred will be ridiculed just like anything else. After all, if Jesus Christ can be made fun of in a Saturday Night Live skit, and if Moses can be shown foolishly in Family Guy, then Muslims should not be given any special treatment and the Prophet Muhammad ﷺ should be made fun of on South Park without having the Muslims get up in arms over it.
Rather than adopting the idiotic Bill Maher attitude of “let’s just not hold back and do it till these Muslims get used to it”, it would serve non-Muslims better to understand what is the big deal about the Prophet Muhammad ﷺ for Muslims. Moreover, for the non-Muslims to understand this, it is the duty of the Muslims to explain it to them. I am appealing to people’s good sense here and hoping that a respectful dialogue and a peaceful co-existence, not just tolerance, will come out of it.
Much has been written about rights, and freedom of expression, and defamation, etc. This short article is not about addressing any of these issues. You can easily find hundreds and may be thousands of articles dealing with these matters. What I want to share with you here is why many of us Muslims can handle just about anything, except talking about our Prophet Muhammad ﷺ.
Me rectifico respecto del Papa, pues el día 13 de enero justificó, como debe ser, que se reaccione ante los actos u opiniones que vulneran los derechos a la libertad religiosa, por no hablar ya de lo santo.
Agradezco, querido Nureddín, el enlace tan interesante que has dejado sobre Islam y nihilismo.
VSR
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